Este blog pretende ser un lugar de encuentro y consulta complementario de la "Escuela de Familias" puesta en marcha por la Liga Palentina de la Educación, con la colaboración de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Palencia (FAPA-Palencia).
En el mismo se podrán seguir las actividades que la Escuela vaya programando en los distintos centros públicos de la capital y provincia, así como debatir y consultar sobre los temas que en las distintas sesiones de trabajo se traten.
Igualmente se podrán realizar consultas sobre la problemática que presentan nuestros hijos en las distintas edades por las que pasan durante su periodo formativo.
Si eres poco experto en esto de los blogs, lee en la columna de la derecha el apartado "Si entras por primera vez ...."; te puede ser útil.


lunes, 3 de octubre de 2011

¡Un poco de sentido común, por favor!

Ortega y Gasset ya nos decía que dedicaba sus esfuerzos a intentar conseguir tener un poco de sentido común en su vida, y sentido común es lo que necesitamos para percibir y valorar algunos acontecimientos, que ocurren con demasiada frecuencia y que son indicadores claros del nivel de socialización de quienes los ejecutan y padecen. Hoy aparece ante mis ojos una noticia, sorprendente al menos, que ha pasado desapercibida como otras muchas, pero que revela ese estado de convivencia familiar y estilos educativos parentales que dan síntomas claros de fracaso e ineficacia.


“Un niño alemán de 11 años llamó al teléfono de emergencias de la policía para quejarse de estar sometido a "trabajos forzados", después de que su madre le pidiera que ayudara a limpiar la casa”.

A este niño alemán y que perfectamente podría haber sido español, noruego o suizo, habría que explicarle de forma razonada y enérgica la diferencia que existe entre trabajos forzados y colaboración en las tareas domésticas; la forma razonada debe prevaler siempre sobre la enérgica, aunque no debiéramos olvidarnos de convertir este tipo de conductas, que a veces vivimos con nuestros hijos, en una oportunidad inmejorable de educación en el sentido común.

Por sentido común entendemos el conjunto de conocimientos y creencias compartidos por una comunidad y considerados como prudentes, lógicos o válidos. Se trata por tanto de juzgar los acontecimientos y eventos de forma razonable. Este sentido común es una capacidad natural de las personas que no requiere de estudio o investigaciones teóricas, sino que surge en la vida cotidiana a partir de las experiencias vividas y de las relaciones sociales. Un ejemplo de sentido común sería el de un ciudadano que debe llegar a una hora determinada a su puesto de trabajo y por la razón que fuere se va a retrasar, que llamara al responsable o jefe y le dijera la razón de su tardanza y la forma en la que debiera recuperar ese retraso.

En el caso del niño alemán, el sentido común nos dice que no debiéramos haberle permitido llamar al teléfono de emergencias, puesto que este está reservado a incidencias serias y graves, y ese no es el caso. El sentido común dice que a este niño hay que ponerle normas y límites claros, y que la colaboración en las tareas domésticas es una obligación que tiene y que ha de cumplir. Debemos tener clara la diferencia entre aquello que nuestro hijo quiere, desea o percibe y lo que debe hacer. Quizás la pregunta que debiéramos hacernos sea la de: ¿sabemos para qué educamos? esta reflexión nos hará llegar al camino que nos conduzca hacia la esencia del sentido común. Educamos para construir hijos respetuosos, equilibrados, sensatos, coherentes, etc. luego la actuación que tengamos con nuestros hijos debe ir en esa dirección sin más contemplaciones que las necesarias.

Comentaba en este artículo que aprovechar estos desafíos que nuestros hijos a veces nos plantean con fines educativos es fundamental. En esta ocasión que interesante sería ver con este retoño algún documental sobre algunas formas de trabajo y explotación infantil, tal como la de niños indios que realizan el tejido de alfombras valoradas en todo el mundo, o la de niños egipcios en la recolección de flores para perfumes franceses. Su tamaño y sus manos delicadas favorece el manejo de los jazmines. Trabajan hasta diez horas diarias. Se les levanta a la 1 de la mañana, pues hay que cortar las flores con luna, para su perfume, o sobre niños colombianos en las minas de carbón que realizan trabajos muy pesados y que requieren toda su fuerza. Con su trabajo ayudan a sus padres o sostienen su casa y sus estudios. Quizás de este modo aprenda a diferenciar aspectos tan diferentes como colaborar en obligaciones domésticas y trabajos forzados y explotación infantil.

Dar prioridad a los hijos no es sinónimo de darles todo lo que quieren, cuando lo quieren y como lo quieren. Que tengan preferencia no quiere decir que les permitamos ser tiranos, reyes engreídos, sabemos que los reinados son contradictorios con la práctica democrática. Criar y educar a los hijos tiene que ver con ir enseñándoles a ser personas, a construir una convivencia democrática, que les permita respetar a unos ya otros, engrandeciendo mi libertad y la de quienes me rodean, enseñar a defender mis derechos y a cumplir mis obligaciones. Para todo esto basta con un poquito de sentido común.

Ramiro Curieses Ruiz. Presidente de la Liga Palentina de la Educación.
Publicado en el periódico CARRIÓN