Este blog pretende ser un lugar de encuentro y consulta complementario de la "Escuela de Familias" puesta en marcha por la Liga Palentina de la Educación, con la colaboración de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Palencia (FAPA-Palencia).
En el mismo se podrán seguir las actividades que la Escuela vaya programando en los distintos centros públicos de la capital y provincia, así como debatir y consultar sobre los temas que en las distintas sesiones de trabajo se traten.
Igualmente se podrán realizar consultas sobre la problemática que presentan nuestros hijos en las distintas edades por las que pasan durante su periodo formativo.
Si eres poco experto en esto de los blogs, lee en la columna de la derecha el apartado "Si entras por primera vez ...."; te puede ser útil.


viernes, 30 de diciembre de 2011

No son enemigos a los que hay que batir, son nuestros hijos

Acabáis de discutir por el dichoso teléfono, porque la falda es muy corta, por lo tarde que llegaste anoche, por el desorden de tu habitación… si os dijera que durante la adolescencia uno de los objetivos que tienen nuestros hijos es el de hacernos la vida imposible o impedir que la calma habite en nuestras casas, no sorprendería a nadie.
Si hay que llegar a una hora determinada, probablemente lo discutan, lleguen más tarde, se quejen… y también comenzarán a dejar la ropa tirada en cualquier parte, la cama deshecha, se encierran en el lavabo más de media hora y lo dejan desordenado, se tumban en el sofá y miran al techo hipnotizados, pasan de la alegría desbordante a la melancolía sin razón aparente, llueve y salen de casa sin paraguas, la comida se convierte en su enemiga…
A pesar de todo esto, hay que prepararse a convivir con ellos, armándonos de paciencia y buen humor, pues, en el caso contrario, podemos pasar a engrosar perfectamente la categoría de “enemigos a los que hay que batir”. Una adolescente me llegó a decir un día que creía que sus padres se molestaban si se lo pasa bien, otra me comentaba que padecía de adolescencia, que si eso era grave. También he hablado con muchos padres que se referían a sus hijos con expresiones del tipo: ¿cómo nos saldrá este? Como si la adolescencia fuera una enfermedad inevitable que se sabe cuando empieza pero no cuándo ni cómo acaba. En fin, una desgracia como otra cualquiera.


Años delicados, sin duda, pero también llenos de vida y de fuerza. Nuestros hijos han de encontrar en sus padres un refugio seguro donde curar sus heridas de guerra, de guerra abierta contra ellos mismos, por su crecimiento físico y psíquico exagerado, por su explosión a la sexualidad, por su pensamiento emocional a raudales, por el sentimiento de injusticia ante la vida incipiente, por su encuentro consigo mismo en definitiva. Uno de los principales peligros en estos años reside en, entendiéndolo bien, inspeccionar “demasiado” la vida de nuestros hijos. Si queremos ganar todas las papeletas para convertirnos en los padres más odiados, probemos a decirles que la música que oyen es una porquería, a prohibirles usar su pantalón preferido o a exigirles que se echen colonia para ir al instituto.

Existen muchos mitos, enseñados en muchos libros para padres, que afirman que la adolescencia es una etapa traumática, horrorosa, que destroza emocionalmente tanto a los padres como a los hijos. Esto no tiene nada que ver con la realidad. Muchas veces, estos mitos surgen de la experiencia personal negativa de muchos autores, del contacto de la gente con la que se relacionan. Los medios de comunicación desempeñan también un papel importante en la difusión de esta imagen. Muchas noticias que aparecen en estos medios asocian con demasiada frecuencia la adolescencia con la violencia, los disturbios, el consumo de drogas… Recuerdo que en unas jornadas sobre prevención de consumo de drogas en Ávila, unos padres que representaban a una organización veían a todos los adolescentes consumidores empedernidos de sustancias tóxicas, la propia experiencia con sus hijos les hacía tener esa visión tan fatalista y la generalizaban al resto de la población joven.

La responsabilidad de ser padres no está reñida con saber abrir la mano, con tener confianza en su crecimiento, con la negociación ante situaciones menos importantes. Hemos de convertirnos en conductores profesionales que, dependiendo del terreno y de las condiciones, aceleramos o frenamos, cambiamos de marcha o paramos a repostar, pero que hemos de llegar al final del viaje con nuestros hijos al lado, pero no ya en brazos.

Me explicaba hace poco un padre que las expresiones más frecuentes en casa con su hija eran parecidas a estas: “papá, no seas patético”,”vaya chapa me estás dando”, “mamá, estás pasada de moda”. Le comentaba que es este el momento de saber mantener el sentido del humor y aprender a reírnos un poco de nosotros mismos. Es difícil, porque parecen “disparatados” y nosotros tendemos a reaccionar naturalmente con enfado ante semejantes groserías. Pero es importante cultivar una perspectiva un tanto distante (sin llegar a parecer despreocupación) y permanecer tan serenos e impasibles como sea posible, capeando las provocaciones con paciencia. Además, podemos “reírnos” con ellos haciéndoles ver que lo nuestro simplemente era una apreciación bien intencionada, sin ánimo de juzgar.

Las tiranteces entre padres e hijos suelen originarse por una falta de equilibrio entre la libertad y la responsabilidad. Hay que hacer que los chicos y chicas asuman responsabilidades, para así concederles esa libertad que piden. A mayor libertad, mayor responsabilidad; y a mayor responsabilidad, mayor libertad. Al pedir un aumento de paga, se hablará con él de sus necesidades reales y se acordará, por ejemplo, que él ahorre para el cine o para ropa. Si lo hace así, habrá que dejarle que compre un vestido algo más caro, o vaya al cine con más frecuencia.

Hemos de reconocer que en el momento en el que los hijos entran en la adolescencia, las discusiones y los gritos crecen de manera exponencial. Todo lo critican, ante todo se rebelan. A nadie le gusta pasar todo el tiempo bajo un manto de recriminaciones, algo que puede, incluso, hacer perder la confianza depositada en los padres. Por ello, una buena práctica consiste en encontrar al menos algo por lo que alabar o felicitar a los hijos, y hacérselo saber con gracia. “¡Qué bien vestido vas hoy!, te he visto estudiar con mucha concentración, gracias por haberme hecho caso a la primera…”.

No sólo puede hablarse de cosas importantes sentando a los hijos en una silla y colocándose enfrente de ellos. “Hijo, tengo que decirte que…”. Una de las maneras de ayudar a madurar a los adolescentes y que aprendan a convivir consiste en tener unos temas de conversación de interés y amplios de los que puedan hablarse en casa. Los adolescentes han de sentir que se cuenta con ellos, que forman parte de una familia con objetivos comunes. Por eso, habría que darles encargos en el hogar, teniendo en cuenta que deben estimular su autoestima y desarrollar su madurez. Porque, a veces, nuestras “conversaciones” se reducen a notas, críticas, problemas… entrando en un círculo negativo en la comunicación.

Nuestros hijos adolescentes tienen muy desarrollado el sentido de la justicia y de la equidad y, por eso, una causa de los conflictos es la incoherencia en las normas o su arbitrariedad. Los adolescentes, como todos nosotros, necesitan saber qué se espera de ellos. En concreto, deben saber, antes de que ocurra, qué consecuencias derivarán de su desobediencia o negligencia. No les humillan las reglas, si son sensatas, proporcionadas: lo que les humilla es la arbitrariedad, la incoherencia y la excesiva severidad de los castigos que se imponen acaloradamente sin ninguna reflexión. Si el castigo está pactado de antemano, se cortan de raíz ese tipo de discusiones.

Me gustaría finalizar diciendo que todos podemos aprender mucho de los errores. No se acaba el mundo si nuestro hijo vuelve a casa algo bebido. Hay que actuar con rapidez y decisión para atajar el problema, pero no es el fin. Los hijos han de ver que sabemos distinguir entre lo que es su comportamiento y lo que son ellos mismos. Por esa razón, decir a los hijos que uno se siente defraudado es mucho más efectivo que la explosión de violencia: “estamos dolidos porque nos has fallado, pero confiamos en que no cometerás el mismo error dos veces”.
Recuerda que no eres nuestro enemigo, sino la persona a quien más queremos.

Publicado por Ramiro Curieses, Presidente de la Liga Palentina de la Educación en el periódico CARRIÓN

domingo, 18 de diciembre de 2011

YO QUIERO IRME A FINLANDIA, Y LUEGO VOLVER…

“Imaginar es resolver un problema en un mundo donde la ilusión, es la solución”


La imaginación es un bien indestructible que tenemos las personas, posiblemente sea la aptitud más humana de todas las que poseemos. Es una facultad que nos permite dibujar y crear la realidad de una forma diferente. Con estas premisas he cogido mi lápiz y he hecho un viaje imaginario a Finlandia para tratar de descubrir las claves del éxito de su sistema educativo, es el mejor del planeta según los últimos informes PISA.
Finlandia, país de bosques y lagos, es conocido sobre todo por la belleza de su naturaleza intacta. En el extremo norte las noches blancas, durante las cuales no se pone el sol, duran unas diez semanas en verano. En invierno, la misma zona atraviesa casi ocho semanas sin que el sol apenas despunte por el horizonte. Cuenta con 5,3 millones de habitantes y tiene una superficie total de 338000 Km.(Castilla y León tiene 94225km.)
La primera impresión que uno se lleva al asomarse a la ventanilla del avión es la gran cantidad de árboles que existen. Una alfombra de bosques interminables, salpicada de lagos, algunas granjas y pequeñas poblaciones. Así pues, cuando se aterriza en Helsinki, sorprende en cierto modo el hecho de que el aeropuerto sea tan moderno.
Una vez he llegado al hotel me he puesto en contacto con Heikki Matti, maestro con el que voy a intercambiar experiencias. Desde este momento Heikki será un verdadero anfitrión. Los maestros en Finlandia son muy respetados y, según Matti gozan de una gran reputación”. Para llegar a ser docente tuvo que cursar tres años de licenciatura y dos años de master. Para acceder a la carrera tuvo que sacar una nota elevada y pasar una prueba de selección. En el año que él accedió, de 1.400 solicitudes destinadas a cursar los estudios para formar parte del profesorado, solo pasaron las pruebas el diez por ciento, es decir, 140 maestros. El respeto hacia el profesor en ese país parece haber encontrado el equilibrio entre la obediencia ciega que se profesa en Oriente y la falta de consideración que se observa a menudo en algunos países occidentales.
Después de coger el tranvía, hemos caminado por el paseo Esplanadi ofreciéndonos unas vistas espectaculares del Palacio presidencial, residencia oficial de los presidentes. Nos hemos sentado a tomar un café. Enseguida Heikki comenta “que la educación es mucho más que una colección de conocimientos en Finlandia, que es un sistema educativo sustentado en la confianza. La comunidad confía en los colegios, la población confía en los profesores y los maestros confían en los alumnos”. Prácticamente como en mi país, he llegado a decir de forma irónica a Matti.
Continuó explicándome que “los políticos, los pedagogos, los empresarios, los estudiantes…todos saben y creen que la educación es el principal recurso del país para competir en el mercado internacional y para construir una ciudadanía cívica”. Hay una pequeña diferencia con mi país y es que nosotros también lo sabemos, pero no nos lo creemos.
Después de veinte minutos de ferry hemos llegado a una de las atracciones turísticas que no podíamos perdernos: la Fortaleza Marítima de Suomenlinna, un conjunto de seis islas que se encuentran en la entrada de la bahía de Helsinki y que su conjunto es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Me he quedado fascinado por el espectáculo visual de ver la bahía totalmente congelada, nunca había visto bloques de hielo tan grandes en mar abierto. Pero más helado me ha dejado el comentario que Heikki ha hecho sobre los centros educativos: “los colegios tienen autonomía para organizar su programa de estudios. La planificación educativa es consensuada entre los profesores y los alumnos. Los adolescentes dan su opinión sobre las propuestas de los docentes, informan de sus intereses y participan en la organización del curso.” Tuve que abrigarme, no sabiendo muy bien si era frío lo que tenía o simplemente envidia insana.
Hemos llegado al Parque de Töölönlahti, en la bahía de Töölönlahti, es un autentico paraíso para los amantes de los pájaros, y entre sonoros trinos, Matti me dice que la participación de los estudiantes garantiza que se incluyan los temas y las herramientas educativas que les motivan. En las clases de Finlandia se proyectan vídeos de YouTube, se preparan temas investigando en Wikipedia o Facebook, utilizan cómics y escuchan música…” No existe una vida dentro del aula diferente a la vida detrás de sus puertas, y la tecnología, igual que ocurre en sus casas, se utiliza a menudo en clase. En mi país hay una diferencia abismal entre lo que ocurre dentro del aula y fuera de ella, teniendo la sensación de que la escuela está sola frente al mundo.
Matti se ha puesto más profundo, mientras saboreamos una brochetta de salmón, extraordinaria por cierto, y explica que “la autonomía de los colegios se enmarca dentro de un sistema en el que la educación se concibe como algo gratuito e igual para todos. Los niños tienen acceso a centros de enseñanza similares y no pagan por el material. Los colegios proporcionan libros, ordenadores e incluso la comida. La comunidad confía en los profesores porque saben que han sido muy bien preparados. Los alumnos con mejores resultados son los únicos que pueden acceder a la docencia. Los profesores, además, aman realmente su trabajo. Durante las horas lectivas los profesores se ausentan del aula, cuando lo consideran oportuno, para que los adolescentes trabajen solos en sus proyectos. No conciben un sistema de control y tampoco es necesario. La metodología ha abandonado las memorizaciones típicas del sistema educativo de la Ilustración y hace énfasis en el desarrollo de la curiosidad, la creatividad, la experimentación… No es cuestión de transmitir información.”
Mucho he aprendido de este sistema educativo, ahora quiero volver a mi patria para explicar porqué hay países exitosos según el informe PISA. He convencido a Matti para que nos visite el próximo verano.

Durante el viaje de vuelta he llegado a creer que nuestro sistema educativo tiene algunos problemas serios que resolver, pero nada que sea imposible. Desde la ventanilla del avión observo unas parameras impresionantes, unos encinares que me devuelven la ilusión y el convencimiento de que Finlandia no está tan lejos. Por cierto, durante mi estancia en el país no llegué a ver ningún oso polar… y es que no hay nada perfecto.

Por Ramiro Curieses. Publicado en el periódico CARRIÓN

lunes, 21 de noviembre de 2011

CEIP Pan y Guindas. Escuela de Familias 2011-2012

El pasado jueves 17 de noviembre la Liga Palentina de la Educación inauguró las Escuelas de Familias del curso 2011-2012, en el Colegio de Educación Infantil y Primaria "Pan y Guindas" de la capital palentina.
El tema del que se habló fue el de la importancia de la participación de los padres en el ámbito escolar. A este encuentro asistieron invitados, además de las familias del colegio, alumnos de la Universidad de Valladolid que están estudiando el 2º curso del Grado de Infantil, en el campus de Palencia.

Ramiro Curieses, presidente de la Liga palentina, explicó a las familias que la participación de los padres es un derecho y no un regalo. Manifestó con gran entusiasmo que participar es luchar por una esuela mejor, es colaborar, opinar, criticar, decidir, exigir, proponer, trabajar, informarse, pensar. Debemos perder el miedo a la participación declaró Ramiro ante la atenta escucha de todos los participantes. Nos hizo una invitación a vivir la escuela como protagonistas no como espectadores. Terminó diciendo que la educación sin la familia no es posible.
El encuentro se clausuró con un coloquio muy animado, donde se expresaron ideas e inquietudes de mejora sobre la participación. Posteriormente todos los asistentes tomaron un café para cerrar la jornada.
Alumnas del Grado de Educación Infantil

¡ME HA VUELTO A PASAR!

¡Me ha vuelto a pasar! Maldita costumbre la de querer tener siempre la razón, imponer reglas y pretender tomar siempre las decisiones. Tengo claro que no he sabido escuchar, que he usado un volumen de voz alto, una mirada desafiante, una postura corporal intimidatoria o dominante, gestos exagerados y fundamentalmente he creado tensión. ¡Me ha vuelto a pasar!

Pilar no ha entendido absolutamente nada. Ha hecho las cosas más o menos bien, y sin embargo, se ha encontrado con malas caras al entrar en casa y con un ¿dónde has estado?, ¿te parece bonito llegar a estas horas?
Ella, que llegaba contenta por haber terminado ese trabajo, ha pegado un portazo y se ha encerrado en su habitación. “No pienso salir hasta que no me pida disculpas”, piensa. Aunque, según va pasando el tiempo y el cabreo inicial desvaneciéndose, intenta poner orden en su cabeza y recrea la situación. “Vale. He llegado tarde. Pero el acuerdo era que, si pasaba algo especial, avisaba y ya está. Y he avisado. Llamé por teléfono y dejé un mensaje en el contestador diciendo que me quedaba un rato más en casa de María. ¿Dónde está el problema? ¡Si estaba estudiando!”
En esos momentos suenan unos golpes suaves en la puerta. Soy yo, su padre, que le pregunto si puedo pasar. Pilar me ha dicho que sí sin levantar la cabeza. Está enfadada y no quiere disimularlo.

-Pilar, no te enfades conmigo e intenta comprenderme- le digo- Hoy he tenido un mal día. ¿Qué te parece si tú y yo nos ponemos a hacer la cena y no tenemos en cuenta esto que ha pasado?
Pilar ha asentido con la cabeza mientras se levanta de un salto de la cama y cogiéndome de la mano dice:- papá, te ha vuelto a pasar. ¡Qué desconfiado eres!

Teniendo en cuenta la desconfianza que existe en las relaciones con los hijos y unido a la angustia que sienten por lo que les pueda suceder a sus retoños, algunos padres no dudan en recurrir a todo tipo de estrategias para asegurarse de que los hijos no terminarán en malos pasos. Así pues, no es de extrañar que episodios como el vivido anteriormente, revisar la habitación y los útiles personales de los hijos, leer sus mensajes telefónicos, el correo electrónico e incluso contratar detectives privados para realizar seguimientos cada vez que los adolescentes salen, sean prácticas más comunes de lo que creemos.
Frente a este fenómeno, es necesario tener presente que lo que puede ser interpretado como un instinto natural y comprensible de proteger lo que más queremos, de igual manera puede terminar destruyendo la comunicación y la confianza entre padres e hijos.
Comunicarnos y dialogar parecen cosas sencillas ya que las hacemos continuamente. Sin embargo qué difícil resulta comunicarse bien. Todos nosotros buscamos ser escuchados, comprendidos, ser tenidos en cuenta en definitiva. La comunicación humana es la base de nuestra autoestima y de nuestros vínculos afectivos. La confianza es el gran pilar básico que sustenta la comunicación familiar, sin la uno no se da la otra. Sin embargo hoy en día nadie confía en nadie, ni los padres en los hijos ni los hijos en los padres. Todos desconfiamos de la labor de los demás. Desconfiamos en las escuelas para enseñar a nuestros hijos, desconfiamos del sistema de salud para tratar nuestras enfermedades o prevenirlas; desconfiamos de la justicia que no nos parece nada justa y se basa en unas leyes que, en su mayoría, no creemos, etc.
Las consecuencias de la desconfianza en los hijos pueden ser muy peligrosas ya que nos introducen en el juego llamado del “te pillé” haciéndonos estar continuamente a la defensiva con ellos. Es habitual entonces que veamos problemas donde no les haya, incluso que les creemos sin ningún sentido.
Quizás nos ocurra en nuestra relación con nuestros hijos como a aquella señora que vivía a la orilla de un río y se quejaba a la policía de que unos jovenzuelos se bañan desnudos delante de su casa. El inspector mandó a un subalterno que dijera a los chicos que no se bañaran delante de la casa, sino río arriba donde ya no hay casas. Al cabo de unos días, la dama llamó de nuevo por teléfono: los jóvenes nadan todavía al alcance de la vista. El policía vuelve y los manda más arriba. Unos días después, la señora indignada acude otra vez al inspector y se queja: «Desde la ventana del desván todavía puedo verlos con unos prismáticos».
Uno puede preguntarse: ¿Qué hará la dama, cuando finalmente ya no pueda ver a los chicos desde su casa?

Como sabemos, los conflictos, los desencuentros, son inevitables pero dependen de cómo nos comuniquemos, estos se agravarán o nos permitirán aprender. Para que haya una buena comunicación entre los miembros de una familia es necesaria una confianza mutua. Confiar implica entregarse a otro, para lo que es fundamental sentirse acogido, respetado y seguro de que ese alguien podrá ayudarlo en cualquier situación. Según Marcelo Paci, psicólogo clínico infanto-juvenil, la confianza no surge de un minuto a otro sino que se construye día a día.

El otro día en la mesa a la hora de comer, Pilar me comentó:
- Papá ¿qué hay que hacer para confiar en las personas? ¿Aprenderé yo algún día a no enfadarme tan rápido y preguntar antes qué es lo que pasa?

Creedme que un rayito de esperanza y de confianza ha recorrido lo más profundo de mi alma.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Isidro Lozano nuevo presidente de FAPA Palencia

Isidro Lozano
Isidro Lozano Franco fue elegido ayer presidente de la Federación Provincial de Asociaciones de Padres y Madres de Centros Públicos (FAPA) en una asamblea celebrada en el centro cultural de Villada bajo el lema 'Entre todos hacemos la escuela pública'. Isidro Lozano es presidente de la Asociación de Madres y Padres (AMPA) del colegio Blas Sierra de la capital, donde tiene una hija de 8 años escolarizada en Primaria.


El nuevo presidente encabeza una directiva que sigue contando con muchos nombres de la anterior, fundamentalmente el de la presidenta en los últimos dos años y medio, Emi Ruiz Acítores, que seguirá como vicepresidenta, y de la que Isidro Lozano elogió ayer su labor. «Tenemos federación gracias a ella, que ha conseguido que la FAPA esté presente en la sociedad palentina, por lo que me siento un gran afortunado de heredar algo bien hecho», afirmó ayer al término de la asamblea celebrada en Villada.

Entre los primeros objetivos que se ha propuesto la directiva, que representa a las 64 asociaciones de padres y madres de centros públicos de la capital y de la provincia, es un análisis de la jornada continua. La federación considera que el sistema de concentrar las clases en la jornada de mañana no está resultando como era esperado, por lo que quieren estudiarlo para concluir cuál es el mejor sistema para los niños, «que son los que nos tienen que interesar por encima de los horarios que nos vienen bien a los padres», destacó Isidro Lozano. También el nuevo presidente comenzará de inmediato a presentarse a todas las AMPAS para lograr una mayor participación. «Tiendo mis brazos a todos para que se impliquen», dijo.

El Norte de Castilla

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Primera sesión en el CEIP Pan y Guindas

El próximo jueves día 17 de noviembre, iniciamos el curos 2011-2012 de la Escuela de Familias que la Liga Palentina de la Educación organiza en colaboración con FAPA-Palencia.
Esta primara sesión del curso se celebrará en el colegio de educación infantil y primaria "Pan y Guindas" de la capital.
Ramiro Curieses, presidente de la Liga Palentina y director del IESO Canal de Castilla de Villamuriel de Cerrato, además de orientador, tratará con los padres y madres del centro sobre la importancia de la particiapción de las familias en en proceso educactivo y formativo de sus hijos e hijas.

Hoy el tiempo de ocupación a los hijos es insuficiente y en la mayoría de los casos de poca calidad.  Les entregamos el período sobrante del trabajo, del empleo, del ocio, etc. y debiera ser al contrario: ¡el mejor del tiempo para nuestros hijos! Cuando las obligaciones nos lo impidan debemos recompensarlo cuanto antes. ¡Más tiempo y  el de mejor calidad para los nuestros!. Quizás os dé la impresión que es imposible lo que se  pide, utópico, inalcanzable. Nada más lejos de esto. Lo que se nos demanda es de tal sentido común que, parece lo hemos elevado a la categoría de lo súper humano. Sucede que esa tarea de dedicación exige tiempo y entrega. ¡Tiempo y entrega es la mejor inversión para los hijos! Hemos de ayudarles a crecer, a ser autónomos, responsables, críticos, solidarios, etc. ¿Acaso esto se puede conseguir sin dedicación y entrega? Sinceramente  en este aspecto debemos mejorar si deseamos ejercer de auténticos padres.

lunes, 3 de octubre de 2011

¡Un poco de sentido común, por favor!

Ortega y Gasset ya nos decía que dedicaba sus esfuerzos a intentar conseguir tener un poco de sentido común en su vida, y sentido común es lo que necesitamos para percibir y valorar algunos acontecimientos, que ocurren con demasiada frecuencia y que son indicadores claros del nivel de socialización de quienes los ejecutan y padecen. Hoy aparece ante mis ojos una noticia, sorprendente al menos, que ha pasado desapercibida como otras muchas, pero que revela ese estado de convivencia familiar y estilos educativos parentales que dan síntomas claros de fracaso e ineficacia.


“Un niño alemán de 11 años llamó al teléfono de emergencias de la policía para quejarse de estar sometido a "trabajos forzados", después de que su madre le pidiera que ayudara a limpiar la casa”.

A este niño alemán y que perfectamente podría haber sido español, noruego o suizo, habría que explicarle de forma razonada y enérgica la diferencia que existe entre trabajos forzados y colaboración en las tareas domésticas; la forma razonada debe prevaler siempre sobre la enérgica, aunque no debiéramos olvidarnos de convertir este tipo de conductas, que a veces vivimos con nuestros hijos, en una oportunidad inmejorable de educación en el sentido común.

Por sentido común entendemos el conjunto de conocimientos y creencias compartidos por una comunidad y considerados como prudentes, lógicos o válidos. Se trata por tanto de juzgar los acontecimientos y eventos de forma razonable. Este sentido común es una capacidad natural de las personas que no requiere de estudio o investigaciones teóricas, sino que surge en la vida cotidiana a partir de las experiencias vividas y de las relaciones sociales. Un ejemplo de sentido común sería el de un ciudadano que debe llegar a una hora determinada a su puesto de trabajo y por la razón que fuere se va a retrasar, que llamara al responsable o jefe y le dijera la razón de su tardanza y la forma en la que debiera recuperar ese retraso.

En el caso del niño alemán, el sentido común nos dice que no debiéramos haberle permitido llamar al teléfono de emergencias, puesto que este está reservado a incidencias serias y graves, y ese no es el caso. El sentido común dice que a este niño hay que ponerle normas y límites claros, y que la colaboración en las tareas domésticas es una obligación que tiene y que ha de cumplir. Debemos tener clara la diferencia entre aquello que nuestro hijo quiere, desea o percibe y lo que debe hacer. Quizás la pregunta que debiéramos hacernos sea la de: ¿sabemos para qué educamos? esta reflexión nos hará llegar al camino que nos conduzca hacia la esencia del sentido común. Educamos para construir hijos respetuosos, equilibrados, sensatos, coherentes, etc. luego la actuación que tengamos con nuestros hijos debe ir en esa dirección sin más contemplaciones que las necesarias.

Comentaba en este artículo que aprovechar estos desafíos que nuestros hijos a veces nos plantean con fines educativos es fundamental. En esta ocasión que interesante sería ver con este retoño algún documental sobre algunas formas de trabajo y explotación infantil, tal como la de niños indios que realizan el tejido de alfombras valoradas en todo el mundo, o la de niños egipcios en la recolección de flores para perfumes franceses. Su tamaño y sus manos delicadas favorece el manejo de los jazmines. Trabajan hasta diez horas diarias. Se les levanta a la 1 de la mañana, pues hay que cortar las flores con luna, para su perfume, o sobre niños colombianos en las minas de carbón que realizan trabajos muy pesados y que requieren toda su fuerza. Con su trabajo ayudan a sus padres o sostienen su casa y sus estudios. Quizás de este modo aprenda a diferenciar aspectos tan diferentes como colaborar en obligaciones domésticas y trabajos forzados y explotación infantil.

Dar prioridad a los hijos no es sinónimo de darles todo lo que quieren, cuando lo quieren y como lo quieren. Que tengan preferencia no quiere decir que les permitamos ser tiranos, reyes engreídos, sabemos que los reinados son contradictorios con la práctica democrática. Criar y educar a los hijos tiene que ver con ir enseñándoles a ser personas, a construir una convivencia democrática, que les permita respetar a unos ya otros, engrandeciendo mi libertad y la de quienes me rodean, enseñar a defender mis derechos y a cumplir mis obligaciones. Para todo esto basta con un poquito de sentido común.

Ramiro Curieses Ruiz. Presidente de la Liga Palentina de la Educación.
Publicado en el periódico CARRIÓN

sábado, 11 de junio de 2011

La Escuela de Familias Palentina en la revista La Liga



En las páginas 26 y 27 del número de junio, la revista "La Liga" publica un breve reportaje sobre las actividades de la Escuela de Familias que la Liga Palentina de la Educación lleva organizando en estos dos últimos cursos escolares, con la colaboración de FAPA-Palencia y al Junta de Castilla y León.

Puedes leer en linea la revista en el siguiente enlace:

viernes, 8 de abril de 2011

Calendario abril 2011

Hacer clic en la imagen para ver ampliada

Escuela de Familias IES Alonso Berruguete. 2ª sesión

Se celebró el pasado jueves día 7 la segunda sesión de  la Escuela de Familias en el IES Alonso Berruguete de Palencia.
La charla fue impartida por Ramiro Curieses, Orientador y Director del IESO Canal de Castilla de Villamuriel de Cerrato y Presidente de la Liga Palentina de la Educación.
Con una nutrida asitencia de madres y padres de alumnos del centro, se trató el tema de los límites y las normas en la adolescencia.
En una Escuela de Familias, es obligatorio hablar de la importancia que tienen los límites y las normas como forma de autoridad. Urge porque con normas nuestros hijos crecen más sanos desde el punto de vista psicológico. Los padres no somos los amigos de nuestros hijos, los colegas; somos fundamentalmente los responsables de su desarrollo y construcción. Si actuamos de forma permisiva dejamos de ser para nuestros hijos personas de referencia. Para conseguir un buen clima familiar es necesario poner unas normas y unos límites claros. No hace falta recurrir a la violencia, a la agresividad, al autoritarismo. Sí es imprescindible que los límites sean nítidos, consensuados y, sobre todo, que les hagamos cumplir.
Una de las obligaciones que tenemos los padres es establecer límites. Límites claros, precisos y coherentes. Para ello es necesario establecer unas normas de comportamiento sencillas, justas y negociadas que deben respetarse siempre y en todos los lugares, independientemente del día que tengamos o de cómo esté nuestro estado de ánimo. Una vez establecidas estas pautas y asumidas por todos los miembros de la familia, es fácil que sean interpretadas como señales de respeto, afecto y, lo que es aún más importante, que nos proporcionen a todos un marco vivencial mucho más seguro y estable.

La próxima sesión de la Escuela de Familias en el IES Alonso Berruguete se celebrará el jueves día 28 de abril, como siempre a las 18:00 horas.
El tema de esta tercera sesión se tratara el tema "El acoso escolar y la convivencia", y contará con la presencia de Juan Ramón Lagunilla, maestro y Secretario General de la Liga Española de la Educación.

sábado, 2 de abril de 2011

IES Alonso Berruguete: primera charla 2010-11

Jorge Blanco en la 1ª charla
Al igual que en curso pasado, el AMPA del IES Alonso Berruguete de Palencia y la Liga Palentina de la Educación, con la colaboración de FAPA-Palencia y la Junta de Castilla y León, han organizado la Escuela de Familias 2010-11.
La primera de las cuatro charlas de las que constará este curso, se celebró el jueves día 31 de marzo, y en la misma intervino Jorge Blanco, orientador del IES Sem Tob de Carrión de los Condes, que charlo con los padres y madres asistentes sobre la "Motivación y la autoestima" en los adolescentes.
Jorge Blanco destacó la importancia de "estar" siempre presentes en el proceso educativo de los adolescentes, y en que es necesario establecer espacios de diálogo y comunicación con ellos de una forma constate y "reglada".

En la programación de este curso se contempla la celebración de otras tres sesiones de la Escuela de Familias en el IES Alonso Berruguete:
Jueves 7 de abril: Ramiro Curieses. Decir ¡no!
Jueves 28 de abril: Juan Ramón Lagunilla. El acosos escolar y la convivencia
Jueves 5 de mayo: Ramiro Curieses. La adolescencia: claves de una etapa apasionante.
Todas las chralas se celebrarán en el instituto a las 18:00 horas.

Segunda charla en el CEIP Modesto Lafuente de Palencia

Continuando con el programa inciado el día 3 de marzo por el secretario de la Liga Palentina de la Educación, el AMPA del colegio Modesto Lafuento celebró el jueves 31 de marzo la segunda de las charlas programadas en su Escuela de Familias 2010-2011.
En esta ocasión intervino el presidente de la Liga Palentina, Ramiro Curieses, que trató el tema de los límites y de las normas en la labor educativa de las familias, bajo el título "Decir no!".
Ante una nutrida representación de madres y padres, dialogaron sobre la necesidad de que las familias se impliquen en la labor educativa de sus hijos y colaboren de forma decidida con el centro escolar.

Dentro de la labor que la Liga Palentina de la Educación quiere desarrollar en el fomento y extensión de las Escuelas de Familia, a esta charla asistieron un grupo de alumnos y alumnas de la Facultad de Educación, que cursan primero de magisterio.
Al final de la charla, los asitentes a la misma deegustaron un té con dulces típicos de su tierra, preparados por un grupo de madres de origen marroquí.
Así mismo se acordó celebrar las dos próximas sesiones de la Escuela de Familias de este curso, los días 28 de abril y 26 de emayo.

lunes, 28 de febrero de 2011

La importancia de la participación

Se ha dicho muchas veces que las AMPAS son entidades caducas, que están como mucho reducidas a la organización de actividades extraescolares. Yo no estoy en absoluto de acuerdo con ello. El papel que estas asociaciones juegan ha de ser decisivo para que la colaboración de los padres sea efectiva y real, pero para ello deberán replantearse sus objetivos y fines.
Que los padres participan en la educación de sus hijos es evidente, de una u otra forma transmiten normas, valores, hábitos y actitudes. De otra parte, los centros buscan el desarrollo íntegro de la personalidad de los alumnos, y esto no puede conseguirse al margen de lo que ocurre en la familia; de ahí que escuela y familia deban entenderse y relacionarse.
Las investigaciones que se han hecho hasta la fecha, sobre participación de los padres en los centros escolares, coinciden en un aspecto fundamental para los hijos, y  ponen de manifiesto el impacto positivo que tiene en los resultados académicos de los alumnos; de ahí que al tema le concedamos una importancia máxima.
Los padres nos preguntamos: ¿participar por qué?, ¿participar cómo?, ¿participar en qué?, ¿participar para qué?  Muchas veces no encontramos respuestas adecuadas a estos interrogantes y la consecuencia más frecuente es la de renunciar a la participación.
Desde mi punto de vista la implicación de los padres en la vida de los centros no solamente es necesaria sino que resulta imprescindible. Para ello es aconsejable buscar puntos de encuentro entre los profesores y los padres, entre los centros como institución y las familias. Debiera existir en los centros un documento en el que se recogiesen las relaciones entre familias y centros educativos, documento que anualmente fuera revisado y evaluado como un aspecto más de la vida de los colegios.
Entendemos por participar en la vida de los centros a todo lo relacionado con las tareas de aprendizaje de nuestros hijos, como pueden ser las entrevistas con el profesor tutor o profesores que imparten clase a nuestros hijos, con la recogida de notas, con la información dada y recibida, también entendemos la participación desde la organización y planificación de los centros escolares bien a través de las Asociaciones de Madres y Padres, o de los Consejos Escolares, Juntas Directivas, Comisiones de Trabajo, etc, o bien entendida desde el desarrollo y puesta en marcha de actividades extraescolares y deportivas.
No es menos cierto que desde los centros, y según sea su cultura y su filosofía, se puede ayudar a potenciar esta participación o al contrario a reducirla a su mínima expresión, que sería a lo que reglamentariamente nos exige la ley. Pero la participación de los padres en la vida de los centros es algo vivo, que debe notarse desde que aparecemos por primera vez para matricular al hijo hasta el día de la despedida si es que la hubiese.
Me gustaría hacer una reflexión sobre los aspectos que marcan la relación entre los padres y los centros escolares, entre la familia y la escuela y la obligatoriedad de esa relación en pro de la educación de los hijos.
Hasta hace muy pocos años la relación era prácticamente inexistente, casi reducida a depositar a nuestros hijos y como mucho a hablar con temor con los profesores.
Los tiempos fueron cambiando y los padres descubrimos que somos una parte fundamental en la planificación y gestión de la tarea educativa, pero además de una relación obligada,  necesitamos una relación basada en la confianza. Somos los padres quienes tenemos más posibilidades de decidir sobre cuestiones fundamentales de su educación, pública o privada, jornada partida o continua, escuela de barrio o alejada, etc. Además al optar por uno u otro tipo de centro, optamos también por un contexto socio-cultural determinado que tendrá repercusiones en las amistades de nuestros hijos, ya que son en estos contextos donde se producen las relaciones de amistad.
Los padres cuando elegimos el centro, elegimos también deseos, ideas, valores, sueños, aunque ni siquiera hablemos de ello conscientemente. Establecemos de esa forma unas relaciones con las escuelas basadas en la confianza, ya que en muchos casos delegamos con toda seguridad en esa institución la educación de nuestros hijos, esta es una relación de confianza muy peligrosa. Soy de las personas a las que le gustaría situar a la escuela como una prolongación de la familia, y no al contrario, creo que así conseguiría un pleno sentido en la vida de los alumnos. Esta relación así entendida debiera estar marcada por una responsabilidad compartida y complementaria en la tarea de educar a los hijos, pero para ello sería necesaria una auténtica comunicación donde padres y profesores abramos vías de participación, de información, de orientación sobre la educación de los hijos y donde la desconfianza y la tensión no tuvieran cabida.
Por ello, reclamo que la familia tenga una actitud activa y participativa, más allá de lo que marcan las reglamentaciones oficiales y que no quede en puntuales informaciones sobre los hijos. Los padres aportamos a los hijos, pagamos los impuestos para crear escuelas, concedemos el terreno municipal en el que se construyen, ponemos casi todo, ¿cómo no vamos a participar luego en el proceso? Por eso tenemos que trabajar conjuntamente para elaborar proyectos comunes que hagan de nuestros hijos personas más competentes en todo.
Si no se produce ese acuerdo sobre cómo y para qué queremos educar, si no lo explicitamos en documentos reales, la disfuncionalidad que se produce en las relaciones y en el proceso educativo está garantizada.
La relación de confianza es una de las características singulares que hacen a los centros educativos ser mejores o peores.
 
Guía práctica para padres. La importancia de la participación en los centros educativos.
Ramiro Curieses Ruiz

miércoles, 23 de febrero de 2011

Escuela de Familias en el CEIP Modesto Lafuente


Cartel de la 1ª sesión
 La Escuela de Familias que la Liga Palentina de la Educación, viene desarrollando en colaboración con FAPA-Palencia, continúa su andadura.
El próximo jueves día 3 de abril, a las 17:00 tendrá lugar en el Colegio de Educación Infantil y Primaria "Modesto Lafuente" de Palencia, la primera de las cuatro charlas programadas de acuerdo con la AMPA de dicho centro escolar.
Juan Ramón Lagunilla, Secretario de la Liga Palentina de la Educación y maestro en el IES Sem Tob de Carrión de los Condes, hablará sobre la necesidad e importancia de las escuelas de padres y madres para la obtención de los mejores resultados posibles en la educación de nuestros hijos e hijas.

Las siguientes sesiones de esta Escuela de Familias tendrán lugar los últimos jueves de cada mes, es decir, los días 31 de marzo, 28 de abril y 26 de mayo.
Puntualmente se irá informando a las familias del colegio sobre los ponentes y los temas a tratar.
Todas las charlas tendrán lugar en el centro a las 17:00 horas.

lunes, 7 de febrero de 2011

Ser padres hoy

Si preguntáramos a los jóvenes de hoy qué es lo más importante en su vida, un porcentaje muy elevado de ellos situarían, en primer lugar o en los principales lugares, a la familia. Es en la familia donde se viven los acontecimientos más importantes y transcendentes para adquirir habilidades que nos permitan convivir en sociedad.
Ser padres hoy es una tarea que exige compromiso y tiempo, exactamente igual que hace unas décadas, incluso siglos. La humanidad, en general, está cambiando de forma rápida, vertiginosa. Las modificaciones no son asimiladas porque se sustituyen como objetos de consumo. Los padres no nos escapamos a esta voracidad y, estamos inmersos en una encrucijada confusa a la que conviene ponerle unas normas básicas de funcionamiento y orden.

Un matrimonio acude a la consulta de Hemera a preguntar por el significado de ser padres. Hemera, consciente de la importancia de la pregunta y mirando profundamente a la pareja les dice:

- Es importante para ser padres, sentirse padres. Ser padres no es ser mamá por un lado y papá por otro. Es necesario formar esa unidad en todos los ámbitos de la vida: en los proyectos, en las ilusiones, en los momentos delicados, y sobre todo en lo concerniente a la educación de los hijos. Ser padres no es la suma de mamá y papá, es el producto de los dos.

- Creo que estamos entendiéndote, ¿pero, es esto posible?

- No solamente es posible, sino que es imprescindible a la hora de entender y ejecutar nuestras responsabilidades de padres. Los hijos no pueden tener dos discursos diferentes en todos los campos de actuación; no debemos ofrecerles la ambigüedad y la subjetividad en nuestra relación con ellos. De ahí que la primera gran responsabilidad sea la de sentirse padres.

- Pero, ¿para esto hay que estar formados y preparados?

- Efectivamente, hay que estar preparados. Y si no es así, debemos formarnos y crecer en este sentido. No es necesario ir a la universidad para ello. No se pretende hacer cursos, ni siquiera elaborar un guión de actuaciones para cada caso y situación. Es cuestión de voluntad, de entusiasmo, de ilusión, de compromiso, y todo ello compartido con nuestros hijos. Se trata de trabajar en la profesión de ser padres.

- ¿En la profesión dices?

- Sí, sí, así lo entiendo yo. Para todas las profesiones es necesario formación y reciclaje, por tanto, para la profesión más importante de nuestra vida no debiera ser de otro modo. Además, ser padres exige algo más que formación y reciclaje. Son imprescindibles la vocación y el compromiso, pero por encima de todo, la dedicación.

- ¿Acaso no nos consagramos lo suficiente?

- Hoy el tiempo de ocupación a los hijos es insuficiente y en la mayoría de los casos de poca calidad. Les entregamos el período sobrante del trabajo, del empleo, del ocio, etc. y debiera ser al contrario: ¡el mejor del tiempo para nuestros hijos! Cuando las obligaciones nos lo impidan debemos recompensarlo cuanto antes. ¡Más tiempo y el de mejor calidad para los nuestros!. Quizás os dé la impresión que es imposible lo que se pide, utópico, inalcanzable. Nada más lejos de esto. Lo que se nos demanda es de tal sentido común que, parece lo hemos elevado a la categoría de lo súper humano. Sucede que esa tarea de dedicación exige tiempo y entrega. ¡Tiempo y entrega es la mejor inversión para los hijos!. Hemos de ayudarles a crecer, a ser autónomos, responsables, críticos, solidarios, etc. ¿Acaso esto se puede conseguir sin dedicación y entrega? Sinceramente en este aspecto debemos mejorar si deseamos ejercer de auténticos padres.
Cada vez surgen más dudas sobre la forma en la que accedemos a todos sus caprichos, a sus antojos. Procuramos que no les falte de nada. No les dejamos crear y sentir las necesidades. No les enseñamos el valor de las cosas. No les educamos en la responsabilidad, tendemos a justificar demasiado y con mucha benevolencia sus actuaciones y nos hemos instalado en la cultura de la vida ya les pondrá en su sitio, ya tendrán tiempo de aprender. Esto está haciendo de nuestros hijos seres antojadizos y con niveles de frustración cero. Ante la más mínima negativa de algo se enfadan, se enojan y, nos lanzan a la cara su repertorio de respuestas desafiantes y negativas. Los padres, ante esto, no podemos permanecer impasibles y máxime cuando las investigaciones demuestran que la tiranía de las primeras edades se convierte en irracionalidad y agresividad en la edad adolescente.

- ¿Cuál es para ti el secreto de una buena educación?

- Sinceramente creo que nos estamos educando durante toda la vida, es un proceso que no termina nunca. No dudo que es en las primeras edades donde se asientan los principios básicos de la formación. Los padres tenemos mucha responsabilidad en este trayecto. Confieso que hay una palabra que reúne los dos criterios fundamentales de la educación: AUTO-CAR. Esa es la clave. Conjugar la autoridad con el cariño.

Los padres, pensativos y cogidos de la mano, abandonaron a Hemera con un despido inusual: ¡Autoridad y cariño! Realmente deberemos ejercer de padres. Creemos que será nuestra responsabilidad. Tenemos que poner todo de nuestra parte para cuando llegue el momento. AUTOCAR, AUTOCAR, autoridad y cariño  repitieron a fin de acordarse.

Hemera pensativa, como luz de la atmósfera terrestre que es, adivinó que esta pareja pronto concebiría un hijo al que pondrían de nombre Apolo. Vendría lleno de hermosura, de energía y de fuerza, pero esto forma parte de otra historia...

Del libro: "Guía práctica para padres", de Ramiro Curieses Ruiz.

lunes, 24 de enero de 2011

¿Qué mundo vamos a dejar a nuestros hijos?

Hace unos días cayó en mis manos una artículo de Leopoldo Abadía, el autor del exitoso libro "La crisis Ninja", que por su interés quiero daros a conocer.

"Me escribe un amigo diciendo que está muy preocupado por el futuro de sus nietos. Que no sabe qué hacer, si dejarles herencia para que estudien o gastarse el dinero con su mujer y que "Dios les coja confesados".
Lo de que Dios les coja confesados es un buen deseo, pero me parece que no tiene que ver con su preocupación.
En muchas de mis conferencias, se levantaba una señora (esto es pregunta de señoras) y decía esa frase que me a mí me hace tanta gracia: "¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos?"
Ahora, como me ven mayor y ven que mis hijos ya están crecidos y que se manejan bien por el mundo, me suelen decir "¿qué mundo les vamos a dejar a nuestros nietos?"
Yo suelo tener una contestación, de la que cada vez estoy más convencido:
"¡¿y a mí, qué me importa?!"
Quizá suena un poco mal, pero es que, realmente, me importa muy poco.
Yo era hijo único. Ahora, cuando me reuno con los otros 64 miembros de mi familia directa, pienso lo que dirían mis padres, si me vieran, porque de 1 a 65 hay mucha gente. Por lo menos, 64.
Mis padres fueron un modelo para mí. Se preocuparon mucho por mis cosas, me animaron a estudiar fuera de casa (cosa fundamental, de la que hablaré otro día, que te ayuda a quitarte la boina y a descubrir que hay otros mundos fuera de tu pueblo, de tu calle y de tu piso), se volcaron para que fuera feliz. Y me exigieron mucho.
Pero ¿qué mundo me dejaron? Pues mirad, me dejaron:
1. La guerra civil española
2. La segunda guerra mundial
3. Las dos bombas atómicas
4. Corea
5. Vietnam
6. Los Balcanes
7. Afganistán
8. Irak
9. Internet
10. La globalización

Y no sigo, porque ésta es la lista que me ha salido de un tirón, sin pensar. Si pienso un poco, escribo un libro.
¿Vosotros creéis que mis padres pensaban en el mundo que me iban a dejar? ¡Si no se lo podían imaginar!
Lo que sí hicieron fue algo que nunca les agradeceré bastante: intentar darme una muy buena formación. Si no la adquirí, fue culpa mía.
Eso es lo que yo quiero dejar a mis hijos, porque si me pongo a pensar en lo que va a pasar en el futuro, me entrará la depre y además, no servirá para nada, porque no les ayudaré en lo más mínimo.
A mí me gustaría que mis hijos y los hijos de ese señor que me ha escrito y los tuyos y los de los demás, fuesen gente responsable, sana, de mirada limpia, honrados, no murmuradores, sinceros, leales. Lo que por ahí se llama "buena gente".
Porque si son buena gente harán un mundo bueno.
Por tanto, menos preocuparse por los hijos y más darles una buena formación: que sepan distinguir el bien del mal, que no digan que todo vale, que piensen en los demás, que sean generosos. . . .
En estos puntos suspensivos podéis poner todas las cosas buenas que se os ocurran.

Al acabar una conferencia la semana pasada, se me acercó una señora joven con dos hijos pequeños. Como también aquel día me habían preguntado lo del mundo que les vamos a dejar a nuestros hijos, ella me dijo que le preocupaba mucho qué hijos íbamos a dejar a este mundo. A la señora joven le sobraba sabiduría, y me hizo pensar.
Y volví a darme cuenta de la importancia de los padres. Porque es fácil eso de pensar en el mundo, en el futuro, en lo mal que está todo, pero mientras los padres no se den cuenta de que los hijos son cosa suya y de que si salen bien, la responsabilidad es un 97% suya y si salen mal, también, no arreglaremos las cosas.
Y el Gobierno y las Autonomías se agotarán haciendo Planes de Educación, quitando la asignatura de Filosofía y volviéndola a poner, añadiendo la asignatura de Historia de mi pueblo (por aquello de pensar en grande) o quitándola, diciendo que hay que saber inglés y todas estas cosas.
Pero lo fundamental es lo otro: los padres.
Ya sé que todos tienen mucho trabajo, que las cosas ya no son como antes, que el padre y la madre llegan cansados a casa, que mientras llegan, los hijos ven la tele basura, que lo de la libertad es lo que se lleva, que la autoridad de los padres es cosa del siglo pasado.
Lo sé todo. TODO. Pero no vaya a ser que como lo sabemos todo, no hagamos NADA.
P. D.
1. No he hablado de los nietos, porque para eso tienen a sus padres.
2. Yo, con mis nietos, a merendar y a decir tonterías y a reírnos, y a contarles las notas que sacaba su padre cuando era pequeño.
3. Y así, además de divertirme, quizá también ayudo a formarles."

miércoles, 5 de enero de 2011

Hijos en propiedad

Elvira Lindo
Elvira Lindo publica un interesante artículo con este título, en EL PAÍS.

"¿Qué tal el colegio?", le preguntas al hijo de algún conocido. Y entonces, antes de que ese niño logre vencer su barrera de timidez y contestarte, hay una madre o un padre que responde: "Pues estamos muy contentos porque íbamos un poco flojillos en matemáticas, pero, como nos hemos esforzado, al final, lo hemos sacado. Así que estamos la mar de contentos". Soy muy sensible a la ñoñería, cuando escucho ese plural maldito somatizo la gran incomodidad que siento y noto que parpadeo demasiado por no saber bien adónde mirar para escapar de la vergüencilla ajena. Es curioso, ese plural se empleaba cuando los niños eran muy chicos y no sabían expresarse, y bien estaba que así fuera: era una manera de que los niños aprendieran cómo responder a las preguntas de los desconocidos. Lo tremendo es que ahora ese plural que convierte a un hijo en un mero apéndice de sus padres se prolonga en algunos casos incluso cuando la criatura ha comenzado la universidad. Los hijos se acomodan a no responder y dejan que sean esos padres inefables los que respondan por ellos.

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