Si preguntáramos a los jóvenes de hoy qué es lo más importante en su vida, un porcentaje muy elevado de ellos situarían, en primer lugar o en los principales lugares, a la familia. Es en la familia donde se viven los acontecimientos más importantes y transcendentes para adquirir habilidades que nos permitan convivir en sociedad.
Ser padres hoy es una tarea que exige compromiso y tiempo, exactamente igual que hace unas décadas, incluso siglos. La humanidad, en general, está cambiando de forma rápida, vertiginosa. Las modificaciones no son asimiladas porque se sustituyen como objetos de consumo. Los padres no nos escapamos a esta voracidad y, estamos inmersos en una encrucijada confusa a la que conviene ponerle unas normas básicas de funcionamiento y orden.
Un matrimonio acude a la consulta de Hemera a preguntar por el significado de ser padres. Hemera, consciente de la importancia de la pregunta y mirando profundamente a la pareja les dice:
- Es importante para ser padres, sentirse padres. Ser padres no es ser mamá por un lado y papá por otro. Es necesario formar esa unidad en todos los ámbitos de la vida: en los proyectos, en las ilusiones, en los momentos delicados, y sobre todo en lo concerniente a la educación de los hijos. Ser padres no es la suma de mamá y papá, es el producto de los dos.
- Creo que estamos entendiéndote, ¿pero, es esto posible?
- No solamente es posible, sino que es imprescindible a la hora de entender y ejecutar nuestras responsabilidades de padres. Los hijos no pueden tener dos discursos diferentes en todos los campos de actuación; no debemos ofrecerles la ambigüedad y la subjetividad en nuestra relación con ellos. De ahí que la primera gran responsabilidad sea la de sentirse padres.
- Pero, ¿para esto hay que estar formados y preparados?
- Efectivamente, hay que estar preparados. Y si no es así, debemos formarnos y crecer en este sentido. No es necesario ir a la universidad para ello. No se pretende hacer cursos, ni siquiera elaborar un guión de actuaciones para cada caso y situación. Es cuestión de voluntad, de entusiasmo, de ilusión, de compromiso, y todo ello compartido con nuestros hijos. Se trata de trabajar en la profesión de ser padres.
- ¿En la profesión dices?
- Sí, sí, así lo entiendo yo. Para todas las profesiones es necesario formación y reciclaje, por tanto, para la profesión más importante de nuestra vida no debiera ser de otro modo. Además, ser padres exige algo más que formación y reciclaje. Son imprescindibles la vocación y el compromiso, pero por encima de todo, la dedicación.
- ¿Acaso no nos consagramos lo suficiente?
- Hoy el tiempo de ocupación a los hijos es insuficiente y en la mayoría de los casos de poca calidad. Les entregamos el período sobrante del trabajo, del empleo, del ocio, etc. y debiera ser al contrario: ¡el mejor del tiempo para nuestros hijos! Cuando las obligaciones nos lo impidan debemos recompensarlo cuanto antes. ¡Más tiempo y el de mejor calidad para los nuestros!. Quizás os dé la impresión que es imposible lo que se pide, utópico, inalcanzable. Nada más lejos de esto. Lo que se nos demanda es de tal sentido común que, parece lo hemos elevado a la categoría de lo súper humano. Sucede que esa tarea de dedicación exige tiempo y entrega. ¡Tiempo y entrega es la mejor inversión para los hijos!. Hemos de ayudarles a crecer, a ser autónomos, responsables, críticos, solidarios, etc. ¿Acaso esto se puede conseguir sin dedicación y entrega? Sinceramente en este aspecto debemos mejorar si deseamos ejercer de auténticos padres.
Cada vez surgen más dudas sobre la forma en la que accedemos a todos sus caprichos, a sus antojos. Procuramos que no les falte de nada. No les dejamos crear y sentir las necesidades. No les enseñamos el valor de las cosas. No les educamos en la responsabilidad, tendemos a justificar demasiado y con mucha benevolencia sus actuaciones y nos hemos instalado en la cultura de la vida ya les pondrá en su sitio, ya tendrán tiempo de aprender. Esto está haciendo de nuestros hijos seres antojadizos y con niveles de frustración cero. Ante la más mínima negativa de algo se enfadan, se enojan y, nos lanzan a la cara su repertorio de respuestas desafiantes y negativas. Los padres, ante esto, no podemos permanecer impasibles y máxime cuando las investigaciones demuestran que la tiranía de las primeras edades se convierte en irracionalidad y agresividad en la edad adolescente.
- ¿Cuál es para ti el secreto de una buena educación?
- Sinceramente creo que nos estamos educando durante toda la vida, es un proceso que no termina nunca. No dudo que es en las primeras edades donde se asientan los principios básicos de la formación. Los padres tenemos mucha responsabilidad en este trayecto. Confieso que hay una palabra que reúne los dos criterios fundamentales de la educación: AUTO-CAR. Esa es la clave. Conjugar la autoridad con el cariño.
Los padres, pensativos y cogidos de la mano, abandonaron a Hemera con un despido inusual: ¡Autoridad y cariño! Realmente deberemos ejercer de padres. Creemos que será nuestra responsabilidad. Tenemos que poner todo de nuestra parte para cuando llegue el momento. AUTOCAR, AUTOCAR, autoridad y cariño repitieron a fin de acordarse.
Hemera pensativa, como luz de la atmósfera terrestre que es, adivinó que esta pareja pronto concebiría un hijo al que pondrían de nombre Apolo. Vendría lleno de hermosura, de energía y de fuerza, pero esto forma parte de otra historia...
Del libro: "Guía práctica para padres", de Ramiro Curieses Ruiz.
Ramiro: me encanta leerte, y escucharte. Gracias por tu dedicación, y la de la Liga.
ResponderEliminarDice Vd.: "Los hijos no pueden tener dos discursos diferentes". Estoy de acuerdo, pero ¿qué hacer cuanado los padres están divorciados y el uno (que no tiene la custodia) le da los caprichos que el otro (que si tiene la custodia) le niega?
ResponderEliminarHoy en día es muy dificil decicar tiempo a los hijos, cuando ambos trabajan con horarios totalmente irracionales, y sobre todo en las grandes ciudades. Hay padres que no ven a sus hijos desde las 08,30 hasta más allá de las 20,00. Por esta razón, los apuntan a todod tipo de activiades y les atiborran de aparatos: TV, DVD, ordenador, i-pod, i-pad, consolas, móvil, etc. Los chicos se convierten en lo más parecido a autistas sociales: tiene muchas relaciones pero todas virtuales.
ResponderEliminar¿Cómo se soluciona esto?
Contestación a MC:
ResponderEliminarQuizás alguna persona con una neutralidad reconocida por amabas partes pueda hacernos reflexionar sobre las consecuencias que este tipo de actitudes pueden desencadenar en los hijos. Todas las parejas conocemos a amigos que pueden desempeñar esta tarea de mediación entre ex cónyuges que han perdido la confianza.
Un saludo.
Contestación a JCL:
ResponderEliminarPosiblemente si la situación es esa y no hay posibilidad de cambiarla, es necesario plantearse para qué tenemos hijos, (o, es que antes de tenerlos teníamos otra situación laboral) Yo no creo que haya muchas parejas que no tienen posibilidad de estar con sus hijos prácticamente nada de tiempo, en el caso de que así fuera, el tiempo que les dediquemos como mínimo deberá ser de muy buena calidad y entrega. La cuestión no es el tiempo sino la calidad del tiempo de dedicación.