Este blog pretende ser un lugar de encuentro y consulta complementario de la "Escuela de Familias" puesta en marcha por la Liga Palentina de la Educación, con la colaboración de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Palencia (FAPA-Palencia).
En el mismo se podrán seguir las actividades que la Escuela vaya programando en los distintos centros públicos de la capital y provincia, así como debatir y consultar sobre los temas que en las distintas sesiones de trabajo se traten.
Igualmente se podrán realizar consultas sobre la problemática que presentan nuestros hijos en las distintas edades por las que pasan durante su periodo formativo.
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domingo, 17 de octubre de 2010

Educación, sí gracias...

Con este título, Ramiro Curieses Ruiz, Presidente de la Liga Palentina de la Educación, publica en el periódico carrión un artículo.

"Mi ciudad duerme tranquilamente mientras doy vida a este artículo sobre la educación, el curriculum, la ciudadanía y los modales correctos. Reconozco que me encanta reflexionar sobre estas cuestiones, y me gusta hacerlo al amanecer, muy de madrugada como decía el poeta, que es el tiempo en el que se gestan los grandes sueños, las grandes ilusiones y posiblemente las deseadas esperanzas.
El otro día cuando impartía una clase de Educación para la ciudadanía a mis alumnos de 2º de ESO, escribí en el encerado la siguiente frase: EDUCACIÓN, SI GRACIAS. Comencé por explicarles lo que aconteció a ese profesor que entró un día en clase y después de dar cortésmente los buenos días y prácticamente escuchar un silencio descorazonador por respuesta, observó como uno de sus estudiantes comía un bocadillo de tortilla sin el más mínimo reparo. Ante el silencio del docente y la atención extrañada del resto de los compañeros, el estudiante dirigiéndose al educador mientras seguía comiendo le dijo: – ¡Tú tira!
Los alumnos de la clase permanecieron atónitos a la cara de sufrimiento que yo había puesto al narrar tal anécdota y les comenté que algo estábamos haciendo mal para que estos hechos ocurrieran. Me reconfortó ver que la totalidad de ellos pusieron cara de desaprobación ante tal conducta.
A continuación les relaté cuatro ejemplos más de falta de urbanismo en nuestros comportamientos habituales y diarios: es fácil encontrarse el patio lleno de papeles y las papeleras vacías, fumar en sitios prohibidos, gritar en lugares no adecuados y móviles que suenan sin rubor, etc. Pero la escuela es la escuela, y siempre hay posibilidad de aprender y poder seguir creciendo en ella como personas. Uno de mis alumnos, con gran preocupación y entusiasmo me dijo: -Yo ya no pienso traer más días el bocadillo al insti. Respuesta que me dio a entender que el alumno había comprendido perfectamente el significado de la lección.
Es cierto que estamos en un período en el que no tenemos claro el ideal de educación que queremos para nuestros hijos, el ideal de sociedad que queremos construir. Todos estamos de acuerdo en que algunas cuestiones no están funcionando correctamente: comportamientos, lenguajes, posturas, vestiduras, nos dan señales de que la cosa no marcha, de que algo estamos haciendo mal. Pero el curriculum en la escolaridad obligatoria se está escorando hacia aprendizajes más valiosos: factores abióticos, biocenosis, modalidades oracionales: atribución y predicación, diptongos, triptongos e hiatos, sistema diédrico, calcular potencias de base fraccionaria, y un largo etcétera difícil de mantener con la que está cayendo en la calle.
La escuela debe formar ciudadanos creativos, reflexivos, críticos, competentes de tener un proyecto de vida y saberlo proyectar en la sociedad que vive. La educación debe servir para crear ciudadanos capaces de vivir en el respeto, la tolerancia y la cortesía. Quizás debamos plantearnos qué currículo sería más conveniente para conseguir estos objetivos tan deseados por todos en la educación secundaria obligatoria. Los alumnos permanecen escolarizados imperativamente hasta los dieciséis años en nuestros centros, para algunos es su única oportunidad de poder acceder a estos objetivos tan loables. Pero la institución se empeña en perder el tiempo con ellos explicándoles la diferencia que existe entre una roca magmática y volcánica, entre la similitud de metáfora y comparación y si el sonido se refleja en ecos o reverberaciones, etc., etc., contenidos todos ellos muy importantes para transmitir, pero no a criaturas de catorce años, cuyo abandono de la escuela es más que seguro.
La transmisión es importante, claro que merece la pena preservar nuestro legado cultural, por supuesto que sin imitación, repetición y copia de contenidos el aprendizaje y la innovación son más difíciles. Se nos olvida que estos postulados han servido a ciudadanos que han conseguido sobresalir en algunas manifestaciones artísticas o culturales, pero que han destrozado muchos proyectos en otras personas que no tuvieron tal éxito. Hago estas observaciones a raíz de leer el libro del filósofo y pedagogo Gregorio Luri, “La escuela contra el mundo” cuya lectura recomiendo a todos los docentes y educadores. No comparto con Luri la idea que la desvalorización de la transmisión afecta de manera directa al valor de los contenidos de la enseñanza y, por lo tanto a la relevancia del maestro. La desvalorización viene dada por la inutilidad de los contenidos a transmitir, por su escasa funcionalidad para operar en un mundo real que no nos gusta, pero que hemos creado.
¿La escuela debe adaptarse o debe transformar la sociedad? La educación debe ser fundamentalmente transformadora, innovadora, no reproductora. Pero para ello debemos contemplar un escenario muy diferente al actual, un marco de juego en el que identifiquemos con claridad qué es lo que necesita la sociedad para ser mejorada y superada. La escuela debe formar, educar a personas con capacidad de pensamiento, independientemente de que consigan o no un diploma superior. Coincido plenamente con el profesor Rubem Alves, profesor de la Facultad de Educación de Sao Paulo, cuando manifiesta que la educación es necesaria para vivir en democracia. Luego los saberes, los contenidos, deberán basarse en aquello que consideramos fundamental para vivir en democracia.
La educación es una tarea extraordinaria, consiste en ayudar a pensar, pero especialmente a convivir. Meter en la cabeza contenidos inertes puede resultar atractivo, interesante, aunque dudo mucho de su poder para hacer mejores ciudadanos, destacados educandos, más solidarios, menos individualistas, más corteses y menos egoístas. Soy un maestro optimista, estoy un poco saciado de ese malestar que se ha instalado de que no podemos hacer nada. Precisamente la gente que más grave ve la situación es la que declara su pesimismo y derrotismo con más ahínco. El pesimismo, la fatalidad, se reproducen con una facilidad asombrosa entre los docentes, es fácil de contagiar. Es vírica.
El pasado miércoles dieron el premio Nobel de literatura a Mario Vargas Llosa. Con los alumnos hice la siguiente comprobación: ¿cuántos de vosotros sabéis el nombre del premio Nobel de literatura? Nadie supo contestarme. Sin embargo la gran mayoría recuerda el nombre de un estrellita televisivo que es famoso por sus desencuentros y escarceos amorosos con otras personajillas de gran calado social. Ahora coincidirán conmigo que en educación tenemos mucho que hacer, que debemos recuperar la aspiración por formar a alumnos en el trabajo, la constancia, el esfuerzo, la honradez, con el propósito de esclarecer que los modelos que se venden a la juventud, son modelos con muy poca formación.
Educación, si gracias. No se trata de que no consideremos importante la vida y la filosofía de Platón, sino de que transmitamos cómo Platón ayudó a sus conciudadanos atenienses a pensar y a configurar una sociedad más justa."

1 comentario:

  1. Ramiro que bien me hace leer tus artículos o escucharte hablar. Transmites tanto, eres una gran persona. Me alegro poder compartir charlas contigo en la escuela de padres, por cierto, ¿Cuando empezamos?.

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