Este blog pretende ser un lugar de encuentro y consulta complementario de la "Escuela de Familias" puesta en marcha por la Liga Palentina de la Educación, con la colaboración de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Palencia (FAPA-Palencia).
En el mismo se podrán seguir las actividades que la Escuela vaya programando en los distintos centros públicos de la capital y provincia, así como debatir y consultar sobre los temas que en las distintas sesiones de trabajo se traten.
Igualmente se podrán realizar consultas sobre la problemática que presentan nuestros hijos en las distintas edades por las que pasan durante su periodo formativo.
Si eres poco experto en esto de los blogs, lee en la columna de la derecha el apartado "Si entras por primera vez ...."; te puede ser útil.


lunes, 28 de febrero de 2011

La importancia de la participación

Se ha dicho muchas veces que las AMPAS son entidades caducas, que están como mucho reducidas a la organización de actividades extraescolares. Yo no estoy en absoluto de acuerdo con ello. El papel que estas asociaciones juegan ha de ser decisivo para que la colaboración de los padres sea efectiva y real, pero para ello deberán replantearse sus objetivos y fines.
Que los padres participan en la educación de sus hijos es evidente, de una u otra forma transmiten normas, valores, hábitos y actitudes. De otra parte, los centros buscan el desarrollo íntegro de la personalidad de los alumnos, y esto no puede conseguirse al margen de lo que ocurre en la familia; de ahí que escuela y familia deban entenderse y relacionarse.
Las investigaciones que se han hecho hasta la fecha, sobre participación de los padres en los centros escolares, coinciden en un aspecto fundamental para los hijos, y  ponen de manifiesto el impacto positivo que tiene en los resultados académicos de los alumnos; de ahí que al tema le concedamos una importancia máxima.
Los padres nos preguntamos: ¿participar por qué?, ¿participar cómo?, ¿participar en qué?, ¿participar para qué?  Muchas veces no encontramos respuestas adecuadas a estos interrogantes y la consecuencia más frecuente es la de renunciar a la participación.
Desde mi punto de vista la implicación de los padres en la vida de los centros no solamente es necesaria sino que resulta imprescindible. Para ello es aconsejable buscar puntos de encuentro entre los profesores y los padres, entre los centros como institución y las familias. Debiera existir en los centros un documento en el que se recogiesen las relaciones entre familias y centros educativos, documento que anualmente fuera revisado y evaluado como un aspecto más de la vida de los colegios.
Entendemos por participar en la vida de los centros a todo lo relacionado con las tareas de aprendizaje de nuestros hijos, como pueden ser las entrevistas con el profesor tutor o profesores que imparten clase a nuestros hijos, con la recogida de notas, con la información dada y recibida, también entendemos la participación desde la organización y planificación de los centros escolares bien a través de las Asociaciones de Madres y Padres, o de los Consejos Escolares, Juntas Directivas, Comisiones de Trabajo, etc, o bien entendida desde el desarrollo y puesta en marcha de actividades extraescolares y deportivas.
No es menos cierto que desde los centros, y según sea su cultura y su filosofía, se puede ayudar a potenciar esta participación o al contrario a reducirla a su mínima expresión, que sería a lo que reglamentariamente nos exige la ley. Pero la participación de los padres en la vida de los centros es algo vivo, que debe notarse desde que aparecemos por primera vez para matricular al hijo hasta el día de la despedida si es que la hubiese.
Me gustaría hacer una reflexión sobre los aspectos que marcan la relación entre los padres y los centros escolares, entre la familia y la escuela y la obligatoriedad de esa relación en pro de la educación de los hijos.
Hasta hace muy pocos años la relación era prácticamente inexistente, casi reducida a depositar a nuestros hijos y como mucho a hablar con temor con los profesores.
Los tiempos fueron cambiando y los padres descubrimos que somos una parte fundamental en la planificación y gestión de la tarea educativa, pero además de una relación obligada,  necesitamos una relación basada en la confianza. Somos los padres quienes tenemos más posibilidades de decidir sobre cuestiones fundamentales de su educación, pública o privada, jornada partida o continua, escuela de barrio o alejada, etc. Además al optar por uno u otro tipo de centro, optamos también por un contexto socio-cultural determinado que tendrá repercusiones en las amistades de nuestros hijos, ya que son en estos contextos donde se producen las relaciones de amistad.
Los padres cuando elegimos el centro, elegimos también deseos, ideas, valores, sueños, aunque ni siquiera hablemos de ello conscientemente. Establecemos de esa forma unas relaciones con las escuelas basadas en la confianza, ya que en muchos casos delegamos con toda seguridad en esa institución la educación de nuestros hijos, esta es una relación de confianza muy peligrosa. Soy de las personas a las que le gustaría situar a la escuela como una prolongación de la familia, y no al contrario, creo que así conseguiría un pleno sentido en la vida de los alumnos. Esta relación así entendida debiera estar marcada por una responsabilidad compartida y complementaria en la tarea de educar a los hijos, pero para ello sería necesaria una auténtica comunicación donde padres y profesores abramos vías de participación, de información, de orientación sobre la educación de los hijos y donde la desconfianza y la tensión no tuvieran cabida.
Por ello, reclamo que la familia tenga una actitud activa y participativa, más allá de lo que marcan las reglamentaciones oficiales y que no quede en puntuales informaciones sobre los hijos. Los padres aportamos a los hijos, pagamos los impuestos para crear escuelas, concedemos el terreno municipal en el que se construyen, ponemos casi todo, ¿cómo no vamos a participar luego en el proceso? Por eso tenemos que trabajar conjuntamente para elaborar proyectos comunes que hagan de nuestros hijos personas más competentes en todo.
Si no se produce ese acuerdo sobre cómo y para qué queremos educar, si no lo explicitamos en documentos reales, la disfuncionalidad que se produce en las relaciones y en el proceso educativo está garantizada.
La relación de confianza es una de las características singulares que hacen a los centros educativos ser mejores o peores.
 
Guía práctica para padres. La importancia de la participación en los centros educativos.
Ramiro Curieses Ruiz

miércoles, 23 de febrero de 2011

Escuela de Familias en el CEIP Modesto Lafuente


Cartel de la 1ª sesión
 La Escuela de Familias que la Liga Palentina de la Educación, viene desarrollando en colaboración con FAPA-Palencia, continúa su andadura.
El próximo jueves día 3 de abril, a las 17:00 tendrá lugar en el Colegio de Educación Infantil y Primaria "Modesto Lafuente" de Palencia, la primera de las cuatro charlas programadas de acuerdo con la AMPA de dicho centro escolar.
Juan Ramón Lagunilla, Secretario de la Liga Palentina de la Educación y maestro en el IES Sem Tob de Carrión de los Condes, hablará sobre la necesidad e importancia de las escuelas de padres y madres para la obtención de los mejores resultados posibles en la educación de nuestros hijos e hijas.

Las siguientes sesiones de esta Escuela de Familias tendrán lugar los últimos jueves de cada mes, es decir, los días 31 de marzo, 28 de abril y 26 de mayo.
Puntualmente se irá informando a las familias del colegio sobre los ponentes y los temas a tratar.
Todas las charlas tendrán lugar en el centro a las 17:00 horas.

lunes, 7 de febrero de 2011

Ser padres hoy

Si preguntáramos a los jóvenes de hoy qué es lo más importante en su vida, un porcentaje muy elevado de ellos situarían, en primer lugar o en los principales lugares, a la familia. Es en la familia donde se viven los acontecimientos más importantes y transcendentes para adquirir habilidades que nos permitan convivir en sociedad.
Ser padres hoy es una tarea que exige compromiso y tiempo, exactamente igual que hace unas décadas, incluso siglos. La humanidad, en general, está cambiando de forma rápida, vertiginosa. Las modificaciones no son asimiladas porque se sustituyen como objetos de consumo. Los padres no nos escapamos a esta voracidad y, estamos inmersos en una encrucijada confusa a la que conviene ponerle unas normas básicas de funcionamiento y orden.

Un matrimonio acude a la consulta de Hemera a preguntar por el significado de ser padres. Hemera, consciente de la importancia de la pregunta y mirando profundamente a la pareja les dice:

- Es importante para ser padres, sentirse padres. Ser padres no es ser mamá por un lado y papá por otro. Es necesario formar esa unidad en todos los ámbitos de la vida: en los proyectos, en las ilusiones, en los momentos delicados, y sobre todo en lo concerniente a la educación de los hijos. Ser padres no es la suma de mamá y papá, es el producto de los dos.

- Creo que estamos entendiéndote, ¿pero, es esto posible?

- No solamente es posible, sino que es imprescindible a la hora de entender y ejecutar nuestras responsabilidades de padres. Los hijos no pueden tener dos discursos diferentes en todos los campos de actuación; no debemos ofrecerles la ambigüedad y la subjetividad en nuestra relación con ellos. De ahí que la primera gran responsabilidad sea la de sentirse padres.

- Pero, ¿para esto hay que estar formados y preparados?

- Efectivamente, hay que estar preparados. Y si no es así, debemos formarnos y crecer en este sentido. No es necesario ir a la universidad para ello. No se pretende hacer cursos, ni siquiera elaborar un guión de actuaciones para cada caso y situación. Es cuestión de voluntad, de entusiasmo, de ilusión, de compromiso, y todo ello compartido con nuestros hijos. Se trata de trabajar en la profesión de ser padres.

- ¿En la profesión dices?

- Sí, sí, así lo entiendo yo. Para todas las profesiones es necesario formación y reciclaje, por tanto, para la profesión más importante de nuestra vida no debiera ser de otro modo. Además, ser padres exige algo más que formación y reciclaje. Son imprescindibles la vocación y el compromiso, pero por encima de todo, la dedicación.

- ¿Acaso no nos consagramos lo suficiente?

- Hoy el tiempo de ocupación a los hijos es insuficiente y en la mayoría de los casos de poca calidad. Les entregamos el período sobrante del trabajo, del empleo, del ocio, etc. y debiera ser al contrario: ¡el mejor del tiempo para nuestros hijos! Cuando las obligaciones nos lo impidan debemos recompensarlo cuanto antes. ¡Más tiempo y el de mejor calidad para los nuestros!. Quizás os dé la impresión que es imposible lo que se pide, utópico, inalcanzable. Nada más lejos de esto. Lo que se nos demanda es de tal sentido común que, parece lo hemos elevado a la categoría de lo súper humano. Sucede que esa tarea de dedicación exige tiempo y entrega. ¡Tiempo y entrega es la mejor inversión para los hijos!. Hemos de ayudarles a crecer, a ser autónomos, responsables, críticos, solidarios, etc. ¿Acaso esto se puede conseguir sin dedicación y entrega? Sinceramente en este aspecto debemos mejorar si deseamos ejercer de auténticos padres.
Cada vez surgen más dudas sobre la forma en la que accedemos a todos sus caprichos, a sus antojos. Procuramos que no les falte de nada. No les dejamos crear y sentir las necesidades. No les enseñamos el valor de las cosas. No les educamos en la responsabilidad, tendemos a justificar demasiado y con mucha benevolencia sus actuaciones y nos hemos instalado en la cultura de la vida ya les pondrá en su sitio, ya tendrán tiempo de aprender. Esto está haciendo de nuestros hijos seres antojadizos y con niveles de frustración cero. Ante la más mínima negativa de algo se enfadan, se enojan y, nos lanzan a la cara su repertorio de respuestas desafiantes y negativas. Los padres, ante esto, no podemos permanecer impasibles y máxime cuando las investigaciones demuestran que la tiranía de las primeras edades se convierte en irracionalidad y agresividad en la edad adolescente.

- ¿Cuál es para ti el secreto de una buena educación?

- Sinceramente creo que nos estamos educando durante toda la vida, es un proceso que no termina nunca. No dudo que es en las primeras edades donde se asientan los principios básicos de la formación. Los padres tenemos mucha responsabilidad en este trayecto. Confieso que hay una palabra que reúne los dos criterios fundamentales de la educación: AUTO-CAR. Esa es la clave. Conjugar la autoridad con el cariño.

Los padres, pensativos y cogidos de la mano, abandonaron a Hemera con un despido inusual: ¡Autoridad y cariño! Realmente deberemos ejercer de padres. Creemos que será nuestra responsabilidad. Tenemos que poner todo de nuestra parte para cuando llegue el momento. AUTOCAR, AUTOCAR, autoridad y cariño  repitieron a fin de acordarse.

Hemera pensativa, como luz de la atmósfera terrestre que es, adivinó que esta pareja pronto concebiría un hijo al que pondrían de nombre Apolo. Vendría lleno de hermosura, de energía y de fuerza, pero esto forma parte de otra historia...

Del libro: "Guía práctica para padres", de Ramiro Curieses Ruiz.