Publicado por Ramiro Curieses Ruiz, Presidente de la Liga Palentina de la Educación, en el periódico CARRIÓN. 02/05/2012
Palencia se despertó el pasado miércoles dieciocho de abril conmocionada por la muerte de Juan Delgado en su condición de hijo, hermano, amigo y alumno del instituto Alonso Berruguete. Juan tenía dieciocho años. Una noticia así hace que se tambalee todo nuestro “edificio emocional”, que sintamos profunda e íntimamente dolor y pena. “La pena tizna cuando estalla” escribió Miguel Hernández en un poema precioso titulado “Umbrío por la pena” La pena y el dolor estalló en la ciudad como pocas veces he vivido y conocido. La muerte es una realidad cuanto menos inquietante, que pasamos toda la vida tratando de mantener a raya, pero ese día, nos traspasó a todos.
Abordar la muerte de un ser querido, ponerle palabras a este suceso no resulta nada fácil y menos aún si se trata de comunicárselo a los más pequeños. Sin embargo, la muerte es un hecho inevitable de la vida, es decir, todos los seres humanos hemos de enfrentarnos a ella, por ello es importante educar a nuestros pequeños de tal forma que les ayudemos a afrontar esta realidad de la mejor forma posible. Esconder, silenciar, o dar respuestas erróneas sobre lo que sucede a nuestro alrededor hará que la experiencia de la muerte, además de resultar sumamente dolorosa, pueda convertirse en algo patológico.
Los niños acusan la muerte de sus seres queridos, sienten y se preguntan muchas cosas. Sus temores, sus dudas, sus interrogaciones y especialmente su dolor y tristeza tienen que ser escuchados y comprendidos. Lo habitual es que como padres nos hagamos este tipo de preguntas: ¿cómo le explicamos a un niño lo que ha sucedido?, ¿los niños entienden lo que es la muerte?, ¿es mejor decírselo o no?, ¿qué tenemos que responder si nos preguntan?, ¿los niños también hacen duelo? ¿es aconsejable que nos vean tristes?, etc.
Hoy en día, en nuestra sociedad occidental, hablar de la muerte a los niños es casi “de mal gusto”. Evitamos de muchas formas y por todos los medios mirar de frente a este hecho natural de la vida. Se tapa, se oculta y se aleja, como si morir fuera en realidad una equivocación o un error que no tiene por qué pasar. Incluso la palabra “muerte” o “morir” nos incomoda y por eso usamos eufemismos: “se ha ido a un largo viaje”, “ahora está en otro lugar”, “descansa en paz”. Excluimos a la muerte de la vida y, con ella, también la experiencia del que está en duelo. Distanciamos la muerte porque a todos los seres humanos nos inquieta y nos angustia enfrentarnos a ella.
Recuerdo siendo niño cómo la muerte formaba parte de la vida cotidiana de las personas. Se moría en casa, rodeado de toda la familia, adultos y niños. Todos veíamos lo que había pasado, todos comprobábamos el hecho natural de morir, con dolor, con aflicción, con desconsuelo o con tranquilidad, pero el hecho mismo de morir se hacía presente y el dolor por la muerte era compartido y acogido por todos, adultos y niños. ¿De verdad apartando a los niños, intentando que no sepan o no vean, dejan de sufrir?
¿Estamos seguros de que protegemos a nuestros hijos apartándolos de esta realidad?
Los papás nos angustiamos mucho cuando vemos a los hijos enfrentarse a la idea de la muerte y tratamos rápidamente de atenuar sus efectos. Por su parte, los niños, al percibir nuestra angustia, se dan cuenta de que es mejor no preguntar, lo que no significa que su deseo de saber quede calmado, sino todo lo contrario: su inquietud puede aumentar al ver la incomodidad e intranquilidad que sus preguntas generan en el adulto: “Si a papá no le gusta que le pregunte estas cosas, debe de ser porque es algo horrible, muy feo y debe de estar muy mal hecho”. En ocasiones tenemos esta clase de conversaciones con nuestros hijos: – “Mamá, en el colegio nos ha dicho la maestra que el papá de Raúl está muy malito, ¿se va a morir?”.
- “Pero, ¿por qué te dice esas cosas? No te preocupes, que ya hablaré yo con tu maestra, vete a jugar”. “Bueno, hijo, no te intranquilices que eso no va a ocurrir”. – “Ahora no pienses en eso, todavía eres muy pequeño” -¿Y tú mamá, te vas a morir? -”Mamá no se morirá nunca”. Responder así es alimentar una negación que en un inicio parece que consuela al hijo, pero que en realidad es insostenible. El niño es posible que alimente fantasías del tipo: “Mi mamá nunca va a morir, porque yo voy a ser siempre un niño muy bueno”.
Papá,- ¡estoy muy triste! porque mamá ha muerto- decía un niño de seis años mientras escuchaba un cuento que su papá le contaba por la noche. Su padre intentaba tranquilizarle permitiéndole que hablara del hecho. Esta conversación sabía que era necesaria y que le haría muy bien. También al padre le ayudaba. – “Papá, si mamá ya no me ve y yo tampoco a ella, ¿mamá no es nada, no existe?” – “No, hijo, mamá es muchas cosas, es todos los recuerdos que tenemos de ella, es todo lo que hemos compartido y todo lo que nos ha querido y enseñado. En mis recuerdos la veo viva, como siempre”. – “Pero ella no está viva, se ha muerto, su cuerpo ya no está y ella tampoco”. –“No, no está viva, pero está en todos los recuerdos que tengo de ella. A mí me ayuda pensar que está en mi corazón”. – “Ella me cantaba antes de dormir”. -”Sí, a eso me refiero, hijo, ese es un recuerdo de mamá que puedes tener siempre contigo”.
Cuando las personas morimos, empezamos a vivir en el recuerdo de los que nos han querido, y así es como tenemos que hacérselo entender a los niños.
Espacio de encuentro de padres, madres y familias con hijos en la escuela pública de la Liga Palentina de la Educación
Este blog pretende ser un lugar de encuentro y consulta complementario de la "Escuela de Familias" puesta en marcha por la Liga Palentina de la Educación, con la colaboración de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Palencia (FAPA-Palencia).
En el mismo se podrán seguir las actividades que la Escuela vaya programando en los distintos centros públicos de la capital y provincia, así como debatir y consultar sobre los temas que en las distintas sesiones de trabajo se traten.
Igualmente se podrán realizar consultas sobre la problemática que presentan nuestros hijos en las distintas edades por las que pasan durante su periodo formativo.
Si eres poco experto en esto de los blogs, lee en la columna de la derecha el apartado "Si entras por primera vez ...."; te puede ser útil.
En el mismo se podrán seguir las actividades que la Escuela vaya programando en los distintos centros públicos de la capital y provincia, así como debatir y consultar sobre los temas que en las distintas sesiones de trabajo se traten.
Igualmente se podrán realizar consultas sobre la problemática que presentan nuestros hijos en las distintas edades por las que pasan durante su periodo formativo.
Si eres poco experto en esto de los blogs, lee en la columna de la derecha el apartado "Si entras por primera vez ...."; te puede ser útil.
miércoles, 2 de mayo de 2012
domingo, 26 de febrero de 2012
martes, 14 de febrero de 2012
Escuela de Familias en el IES Jorge Manrique de Palencia
La Escuela de Familias de la Liga Palentina de la Educación y FAPA-Palencia, celebró el día 13 de febrero su segunda sesión en el IES "Jorge Manrique de la capital.
En esta ocasión, Amador Aparicio, profesor de informática del Centro Don Bosco de Villamuriel de Cerrato, presentó al numeroso grupo de padres y madres que acudieron a la charla, una visión sobre los riesgos que presenta la utilización inadecuada e incosciente de las redes sociales y la tecnología informática en general.
Tras un repaso sobre las posibilidades de control de la privacidad en las redes sociales más utilizadas por los adolescentes y sobre las posibilidades del control parental y de contenidos que permiten los distintos exploradores de internet, hizo una documentada y a la vez llamativa incursión sobre los rastros qus dejan en internet empresas e instituciones que, se suponen, están operadas por personas expertas. Tras este repaso, la pregunta es obvia: si los expertos dejan tal cantidad de datos personales y sensibles, ¿qué no dejaremos los menos expertos?
Amador llevó a los padres a la única conclusión lógica: de nada valen los controles y límites que la tecnología nos ofrece para evitar el mal uso de la informática, la única forma de hacerlo es la permanente atención de los padres sobre lo que sus hijos hacen en las redes sociales. Es importante hacerlos ver que nos preocupa y que estamos pendientes de lo que hacen, y a la vez hacerlos entender que son ellos mismos los que deben hacer un uso responsable de estas herramientas que, por si mismas, no son ni buenas ni malas.
Tras una animada charla con los asistentes, finalizó esta segunda sesión de la Escuela de Familias, quedando citados para una tercera sesión el lunes día 27 de febrero, ya que el próximo lunes 20 es Carnaval y día no lectivo.
En esta ocasión, Amador Aparicio, profesor de informática del Centro Don Bosco de Villamuriel de Cerrato, presentó al numeroso grupo de padres y madres que acudieron a la charla, una visión sobre los riesgos que presenta la utilización inadecuada e incosciente de las redes sociales y la tecnología informática en general.
Tras un repaso sobre las posibilidades de control de la privacidad en las redes sociales más utilizadas por los adolescentes y sobre las posibilidades del control parental y de contenidos que permiten los distintos exploradores de internet, hizo una documentada y a la vez llamativa incursión sobre los rastros qus dejan en internet empresas e instituciones que, se suponen, están operadas por personas expertas. Tras este repaso, la pregunta es obvia: si los expertos dejan tal cantidad de datos personales y sensibles, ¿qué no dejaremos los menos expertos?
Amador llevó a los padres a la única conclusión lógica: de nada valen los controles y límites que la tecnología nos ofrece para evitar el mal uso de la informática, la única forma de hacerlo es la permanente atención de los padres sobre lo que sus hijos hacen en las redes sociales. Es importante hacerlos ver que nos preocupa y que estamos pendientes de lo que hacen, y a la vez hacerlos entender que son ellos mismos los que deben hacer un uso responsable de estas herramientas que, por si mismas, no son ni buenas ni malas.
Tras una animada charla con los asistentes, finalizó esta segunda sesión de la Escuela de Familias, quedando citados para una tercera sesión el lunes día 27 de febrero, ya que el próximo lunes 20 es Carnaval y día no lectivo.
lunes, 13 de febrero de 2012
Educación para la Ciudadanía
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Juan Ramón Lagunilla en la mesa sobre formación del profesorado |
En dichas jornadas han participado Ramiro Curieses y Juan Ramón Lagunilla, Presidente y Secretario de la Liga Palentina de la Educación respectivamente.
El programa completo de las jornadas se puede consultar aquí
Después de dos días de intensos debates en los que han participado expertos en los distintos aspectos que comprende la asignatura, y representantes de distintas organizaciones sindicales y ONG, al finalizar las jornadas se hicieron públicas las siguientes
CONCLUSIONES:
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Ramiro Curieses expone la práctica de educación en valores en el IESo Canal de Castilla |
La posible negación de la existencia de la ética pública en la que se sustenta el rechazo a la, hasta ahora, denominada Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, y por tanto al aprendizaje escolar de los valores que integran “el sustrato moral del sistema constitucional” y de la Declaración Universal de Derechos Humanos, no nos pueden hacer olvidar la necesidad y la urgencia de potenciar las dos facetas en las que se debe sustentar la propuesta curricular de la educación en valores como educación ético cívica.
Por una parte, la del papel que ha de desempeñar la ética en la búsqueda de lo que se considera una “buena sociedad”, abierta, plural y democrática, es decir la función que corresponde a la ética pública en la convivencia social. Porque se considera necesaria la existencia de un código moral compartido que rija la conducta responsable de la ciudadanía en las relaciones con sus semejantes. La ética colectiva en nuestros días está lastrada negativamente por varios factores que están en el origen de la desmoralización de amplios sectores de la sociedad. El individualismo insolidario, consumista y egoísta, la corrupción, el rechazo al diferente, la exclusión, la desigualdad y la injusticia, el predominio de las vivencias darvinistas de los mercados sin reglas y un largo relato de carencia de valores humanos.
Por otra parte, tenemos que tomar en consideración la preocupación que por la educación para la ciudadanía democrática se ha extendido ampliamente por Europa, y ha sido asumida hasta la fecha por todos los gobiernos democráticos de España. La reflexión inicial de la que arranca este nuevo impulso europeo en pro de la educación cívica se encuentra en el deterioro y la desafección por parte de la ciudadanía que está experimentando el sistema y la practica democrática y la necesidad de fortalecerlos, puesto que la democracia, en su sentido más profundo es sobre todo una conquista de civilización, fundada en los logros de los derechos civiles, políticos y sociales de ciudadanía que deben ser preservados en beneficio de todos y todas. Por ello los Estados tienen el deber de promover un cambio en la cultura cívica y política que debe surgir y desarrollarse desde la escuela y continuar en todos los niveles educativos.
En coherencia con las anteriores reflexiones, podemos concluir que:
1. Sigue siendo cada vez más necesario explicar a la juventud el significado de la ciudadanía responsable en una sociedad democrática, plural y cambiante. La educación para la ciudadanía es muchísimo más que una asignatura. Es el propósito en sentido profundo de la educación pública y obligatoria, y, como tal, debe impregnar todo el proyecto educativo, el currículum, la gobernanza y la vida democrática de las instituciones educativas, en el ámbito de la consecución de las competencias básicas social y ciudadana, y autonomía e iniciativa personal.
2. Lo peor que podría ocurrirle a nuestro sistema educativo, a nuestras comunidades educativas, a nuestra sociedad, es volver a verse envueltos, una vez más, en una poco ejemplar polémica doctrinaria, en otro nefasto combate agresivo, dogmático y estéril, que perturbe una vez más la paz social y de las aulas, sustituyendo al debate racional, cívico y democrático que corresponde realizar a quienes predican y proponen a los demás paradigmas de valores capaces de mejorar el comportamiento humano y la convivencia social.
3. Más que el nombre que tenga la asignatura en el futuro, nos interesa y preocupa especialmente el debate sobre valores y contenidos que deba tener la materia, así como la búsqueda de un consenso que consideramos imprescindible para pacificar definitivamente la querella abierta sobre el desarrollo curricular que cabe dar al artículo 27 de la Constitución – una pieza esencial del pacto que la dio consistencia y permanencia-,y una vez que el Tribunal Supremo asentó, con sus sentencias los limites que unos y otros hemos de observar a la hora de ordenar e impartir la Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos, o el nombre que se le dé a la materia que la sustituya.
4. Creemos que nos encontramos en un momento muy oportuno para comenzar una reflexión constructiva, tanto sobre las cualidades y defectos y los avances que ha significado la implantación de la EpC, por la LOE, así como sobre el alcance que debería tener la asignatura de Educación Cívica y Constitucional con la que el nuevo Gobierno pretende sustituir aquella.
5. Los difíciles y costosos avances que entre todos conseguimos realizar a partir de cada esfuerzo reformador, en cuestiones tan delicadas y complejas, pero tan necesarias como la educación ético cívica, no pueden ser despreciados, ni tirados por la borda debido a impulsos de fundamentalismos morales o religiosos.
6. Sea cual sea el nombre que se le de a la asignatura, creemos imprescindible y fundamental seguir con el actual currículo, y en todo caso, mantener unos contenidos articulados alrededor de la enseñanza y el aprendizaje de seis ideas fundamentales: Dignidad y Derechos Humanos inalienables y los valores constitucionales; la igualdad entre hombres y mujeres, valorando y respetando la diferencia de sexos y la igualdad de derechos y oportunidades entre ellos; la cultura de la paz; el respeto a las diferencias, conociendo y comprendiendo las diversas opciones morales existentes y las diferencias entre las personas; la convivencia, tolerancia y la resolución pacífica de conflictos; la responsabilidad ciudadana: consumo responsable, educación vial, desarrollo sostenible, el papel social de los impuestos, etc.
7. Garantizar el tiempo necesario para su correcto aprendizaje, aumentando la carga lectiva horaria en las distintas etapas educativas y cursos académicos en los que se imparte la materia actualmente.
8. Impulsar la formación inicial y permanente de todo el profesorado en Educación para la Ciudadanía y específicamente la de los y las docentes responsables de esta materia.
9. Facilitar los recursos adecuados y la formación necesaria para que los centros educativos sean espacios de convivencia, de prácticas democráticas de participación social y de ejercicio del diálogo y del debate como formas racionales de superar los conflictos y las diferencias, de tal forma que la educación en los valores cívicos y de ciudadanía se conviertan en un ejercicio práctico que potencie y estimule la educación en los mismos.
10. La educación para la ciudadanía no debe reducirse al ámbito de la educación formal. Deberá jugar un papel fundamental en el aprendizaje a lo largo de toda la vida de los ciudadanos, de manera que adapten sus comportamientos a las nuevas situaciones sociales, culturales, económicas, etc., que la sociedad demande. La sociedad civil debe ser convocada para ampliar los escenarios de la educación para la ciudadanía, por su potencial educativo y por el cúmulo de “buenas” prácticas y experiencias que vienen desarrollando determinados colectivos. Las ONG, con el apoyo institucional preciso, y como espacios de participación cívica de todos y todas, juegan un papel clave y fundamental en la formación de educación para una ciudadanía activa.
11. Partiendo del modelo existente actualmente en España y en Europa, es necesario seguir promoviendo eficazmente la educación para la ciudadanía y los Derechos Humanos en todos los sistemas educativos europeos, mediante la enseñanza y aprendizaje de asignaturas específicas, así como de forma transversal, fomentando y apoyando las relaciones e intercambio de experiencias entre los y las profesionales dedicados a esta materia en todos los países europeos.
Con las aportaciones de los distintos ponentes y de las organizaciones y colectivos que han participado en estas IV Jornadas se elaborará una publicación y un Manifiesto, consensuado con todos los grupos, movimientos y organizaciones implicadas en la defensa de una educación ético cívica y para la ciudadanía, basada en los valores democráticos y constitucionales, y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que permita articular un foro de diálogo y corresponsabilidad en el que, sin perder la personalidad y ámbito de actuación de cada una de ellas, camine para potenciar elementos nucleares comunes que fortalezcan la educación para la ciudadanía y el desarrollo de una sociedad democrática e igualitaria.
miércoles, 1 de febrero de 2012
Profe… ¿dónde está esa escuela?
“Leer, escribir, la aritmética,/ la historia, la química, etc.,/ son importantes sólo si sirven para hacer a nuestros/ hijos más humanos”
He tratado de explicar a mis alumnos de 2º ESO en una clase de Educación para la Ciudadanía la importancia que tiene en nuestras vidas la indagación de la verdad, y la búsqueda de lo bello. Decía a mis escolares que estas actividades no deben estar reservadas a determinados profesionales como los sabios, los artistas, los científicos, etc., sino a todos nosotros. Contribuir a ello es tender hacia el bien de la humanidad. Al instante una de mis alumnas, Sonia, me ha recordado que en nuestra escuela se da mucha más importancia a las competencias matemáticas, lingüísticas, etc., que las que hacen referencia a la capacidad de relación personal, social, intrapersonal, etc. No le falta razón a esta alumna. Ella ha hecho un ejercicio de reflexión muy interesante al establecer relaciones entre lo bello y la verdad y educación en valores.
Ha continuado el debate en clase –qué bien se expresan los alumnos cuando creamos condiciones para ello– y un alumno, Saúl, ha matizado que el conocimiento de las materias es muy importante para llegar a ser buenos profesionales el día de mañana. ¡Criaturas de trece y catorce años en un debate acalorado! Yo me he mantenido al margen, dejando fluir y dando la palabra a quien la pedía. Le ha tocado el turno a Pilar que en un tono profundo e irónico nos ha expuesto cómo las cámaras de gas construidas por ingenieros instruidos acabaron con millones de judíos en el holocausto. Nos ha explicado cómo se produjo la muerte de miles de niños envenenados por médicos profesionales que habían obtenido notas extraordinarias en la carrera. Pilar sigue contando que todas estas personas fueron brillantes alumnos, con expedientes magníficos, pero que posiblemente no les explicaron bien el concepto de belleza y la búsqueda de la verdad. Conchi ha apostillado que también existen hombres que con buen expediente han contribuido al avance de la ciencia y al bien de la humanidad.
Ha sido una clase asombrosa, nos ha hecho pensar a todos. Es en estos momentos cuando uno sabe que tiene una profesión maravillosa. Les he explicado que en la escuela debemos mostrar interés por la persona en su totalidad, independientemente de su procedencia, de su religión, de la lengua que hable, de su lugar de origen, etc., debemos tener interés por esas personas sean quienes sean y sean como sean. Pero también les he manifestado que debemos prestar atención global a los alumnos con los que trabajamos, interesándonos por todas las competencias, pero especialmente por aquellas que nos hacen más humanos, porque humanizar es la principal tarea educativa.
Les he declarado que la escuela debe ser el motor del cambio para las nuevas generaciones y que los profesores tenemos la función de colaborar a construir ciudadanos y ciudadanas educados en valores humanos. Les he dicho que la escuela puede y debe cambiar las cosas, que la persona debe estar en el centro de todo, y no las asignaturas. Estaba realmente emocionado al ver cómo estas criaturas de 2º de ESO seguían mis explicaciones con absoluto silencio y entusiasmo.
Ha sido entonces cuando “Javi” desde el más absoluto de los respetos me ha dicho:
-”Ya profe, pero ¿dónde está esa escuela?
-Yo me apunto, ha añadido Cristina en voz baja.
Hemos terminado la clase en silencio, ha sonado el timbre, ninguno de mis alumnos se ha movido, yo también he permanecido en silencio, pensando que ójala no se suprima esta asignatura. Quizás nos ayude a crear otro tipo de escuela en un futuro no muy lejano.
Publicado en CARRIÓN el 01.02.2012
He tratado de explicar a mis alumnos de 2º ESO en una clase de Educación para la Ciudadanía la importancia que tiene en nuestras vidas la indagación de la verdad, y la búsqueda de lo bello. Decía a mis escolares que estas actividades no deben estar reservadas a determinados profesionales como los sabios, los artistas, los científicos, etc., sino a todos nosotros. Contribuir a ello es tender hacia el bien de la humanidad. Al instante una de mis alumnas, Sonia, me ha recordado que en nuestra escuela se da mucha más importancia a las competencias matemáticas, lingüísticas, etc., que las que hacen referencia a la capacidad de relación personal, social, intrapersonal, etc. No le falta razón a esta alumna. Ella ha hecho un ejercicio de reflexión muy interesante al establecer relaciones entre lo bello y la verdad y educación en valores.
Ha continuado el debate en clase –qué bien se expresan los alumnos cuando creamos condiciones para ello– y un alumno, Saúl, ha matizado que el conocimiento de las materias es muy importante para llegar a ser buenos profesionales el día de mañana. ¡Criaturas de trece y catorce años en un debate acalorado! Yo me he mantenido al margen, dejando fluir y dando la palabra a quien la pedía. Le ha tocado el turno a Pilar que en un tono profundo e irónico nos ha expuesto cómo las cámaras de gas construidas por ingenieros instruidos acabaron con millones de judíos en el holocausto. Nos ha explicado cómo se produjo la muerte de miles de niños envenenados por médicos profesionales que habían obtenido notas extraordinarias en la carrera. Pilar sigue contando que todas estas personas fueron brillantes alumnos, con expedientes magníficos, pero que posiblemente no les explicaron bien el concepto de belleza y la búsqueda de la verdad. Conchi ha apostillado que también existen hombres que con buen expediente han contribuido al avance de la ciencia y al bien de la humanidad.
Ha sido una clase asombrosa, nos ha hecho pensar a todos. Es en estos momentos cuando uno sabe que tiene una profesión maravillosa. Les he explicado que en la escuela debemos mostrar interés por la persona en su totalidad, independientemente de su procedencia, de su religión, de la lengua que hable, de su lugar de origen, etc., debemos tener interés por esas personas sean quienes sean y sean como sean. Pero también les he manifestado que debemos prestar atención global a los alumnos con los que trabajamos, interesándonos por todas las competencias, pero especialmente por aquellas que nos hacen más humanos, porque humanizar es la principal tarea educativa.
Les he declarado que la escuela debe ser el motor del cambio para las nuevas generaciones y que los profesores tenemos la función de colaborar a construir ciudadanos y ciudadanas educados en valores humanos. Les he dicho que la escuela puede y debe cambiar las cosas, que la persona debe estar en el centro de todo, y no las asignaturas. Estaba realmente emocionado al ver cómo estas criaturas de 2º de ESO seguían mis explicaciones con absoluto silencio y entusiasmo.
Ha sido entonces cuando “Javi” desde el más absoluto de los respetos me ha dicho:
-”Ya profe, pero ¿dónde está esa escuela?
-Yo me apunto, ha añadido Cristina en voz baja.
Hemos terminado la clase en silencio, ha sonado el timbre, ninguno de mis alumnos se ha movido, yo también he permanecido en silencio, pensando que ójala no se suprima esta asignatura. Quizás nos ayude a crear otro tipo de escuela en un futuro no muy lejano.
Ramiro Curieses.
Presidente de la Liga Palentina de la Educación
Publicado en CARRIÓN el 01.02.2012
sábado, 28 de enero de 2012
Escuela de Familias en ASDOPA
La Escuela de Familias que la Liga Palentina de la Educación y la Asociación Síndrome de Dow palencia (ASDOPA) ha organizado par el presente curso escolar, celebró el pasado viernes día 20 de enero su segunda sesión.
Bajo el título genérico de "UNA VISIÓN DIFERENTE DE LA DISCAPACIDAD", el presidente de la Liga Palentina, Ramiro Curieses, hizo un repaso sobre las distintas visiones que sobre las discapacidades se tiene en la sociedad y en la escuela, así como de los diversos enfoques que se aplican en la educación de estas personas.
Expresó su opinión de que esto alumnos reciban su educación en una escuela "inclusiva" proque es buena pra ellos y porque permite que los aalumnos y alumnas sin discapacidad, aprendan a conocerlos y a valorarlos como personas, completas y complejas como todas las demás.
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Ramiro Curieses en ASDOPA |
Como conclusión se puede afirmar que "la escuela tiene que ser un lugar en el que todos los alumnos se sientan acogidos, con plenos derechos, valorados y queridos por toda la comunidad"
jueves, 19 de enero de 2012
PAPÁ, ¿QUÉ ES LA DIGNIDAD?
“No importa quién fue mi padre, lo que interesa es quién recuerdo que era.”
Anne Sexton
La navidad tiene algo de magia y por eso siempre me ha encantado. Pertenezco a esa generación de chiquillos que creyó en los Reyes Magos hasta bien entrada la infancia. Recuerdo, ya de niño, la alegría por estas fechas. Todo giraba alrededor de la familia y el calor. ¡Qué calor más humano! En la navidad del sesenta y nueve mí padre me regaló un cuento “El Gigante Egoísta”, que yo leía una y mil veces, como si se tratara cada vez de un cuento diferente. Nunca he comprendido la naturaleza de los gigantes, por eso deseé cambiarle su personalidad y convertirle en rey, maga, héroe o caballero, cualquier persona excepto un gigante. La navidad, en mi vida, se encuentra ligada desde entonces a historias y cuentos para mantener vivas las tradiciones y el recuerdo, así como llenar de colorido e imaginación esta época especial.
Tenemos por costumbre cenar en familia en navidad, momento donde surgen las transcendentes conversaciones con los hijos, padres y hermanos. La mesa era perfecta, no faltaba de nada y hubo un comentario acerca de las personas que en estos momentos no tendrían a nadie ni nada para compartir. Hemos hablado entonces de la insolidaridad, del egoísmo y de la injusticia social. Nos hemos sentido afortunados. Sin saber cómo ha aparecido la palabra dignidad en la conversación. Ha sido entonces cuando Pilar ha dicho: -pero papá, ¿qué es la dignidad?
He reflexionado percibiendo que hay una gran cantidad de palabras que han perdido una buena parte de su significado esencial. Según el diccionario dignidad “es el respeto y estima que una persona tiene de sí misma y merece que se lo tengan las demás personas”. Yo trataba de salir airoso de la situación y explicaba que la dignidad tiene que ver con el valor intrínseco y supremo que tiene cada ser humano, independientemente de su situación económica, social y cultural, así como de sus creencias o formas de pensar. El ser humano posee dignidad por sí mismo, nadie se lo da, lo tiene desde el mismo instante de su concepción, nadie se lo puede quitar bajo ningún pretexto.
-Si papá, pero sigo sin tener claro qué es eso de la dignidad, me lanzó mi hija con esa luminosidad que le hace ser encantadora.
Ha sido una ráfaga de luz, un estallido emocional, el que me ha hecho pensar de repente en la importancia de los cuentos para explicar conceptos más o menos complejos. Me he acordado de mi padre y de una historia que le oí contar una noche de navidad y que define muy bien esto de lo que dialogábamos durante la cena.
Después de oír la historia, Pilar ha expresado que a Nasrudín no se le había tratado con justicia, y que lo que el monarca cometió fue un atropello contra su dignidad ya que nuestro protagonista era el mismo independientemente de la forma en la que vistiera. - ¡Ahora tengo claro qué es eso de la dignidad!
He vuelto a pensar en la navidad, en mi padre y en mi niñez, en aquel cuento que leía una y mil veces. He vuelto a sentir el calor, ese calor fuerte que nos hace recuperar la esperanza en la esencia humana. Me he distraído por un momento mirando por la ventana, pensando que lo importante en la vida no entiende de ropajes, apariencias, ni de precios sino de entendimiento humano. Por cierto, ¡está nevando! Nieve blanca y silenciosa que empieza a cubrir mi ciudad…
¡Feliz año nuevo a todos los lectores!
Publicado por Ramiro Curieses en el periódico CARRIÓN
Anne Sexton
La navidad tiene algo de magia y por eso siempre me ha encantado. Pertenezco a esa generación de chiquillos que creyó en los Reyes Magos hasta bien entrada la infancia. Recuerdo, ya de niño, la alegría por estas fechas. Todo giraba alrededor de la familia y el calor. ¡Qué calor más humano! En la navidad del sesenta y nueve mí padre me regaló un cuento “El Gigante Egoísta”, que yo leía una y mil veces, como si se tratara cada vez de un cuento diferente. Nunca he comprendido la naturaleza de los gigantes, por eso deseé cambiarle su personalidad y convertirle en rey, maga, héroe o caballero, cualquier persona excepto un gigante. La navidad, en mi vida, se encuentra ligada desde entonces a historias y cuentos para mantener vivas las tradiciones y el recuerdo, así como llenar de colorido e imaginación esta época especial.
Tenemos por costumbre cenar en familia en navidad, momento donde surgen las transcendentes conversaciones con los hijos, padres y hermanos. La mesa era perfecta, no faltaba de nada y hubo un comentario acerca de las personas que en estos momentos no tendrían a nadie ni nada para compartir. Hemos hablado entonces de la insolidaridad, del egoísmo y de la injusticia social. Nos hemos sentido afortunados. Sin saber cómo ha aparecido la palabra dignidad en la conversación. Ha sido entonces cuando Pilar ha dicho: -pero papá, ¿qué es la dignidad?
He reflexionado percibiendo que hay una gran cantidad de palabras que han perdido una buena parte de su significado esencial. Según el diccionario dignidad “es el respeto y estima que una persona tiene de sí misma y merece que se lo tengan las demás personas”. Yo trataba de salir airoso de la situación y explicaba que la dignidad tiene que ver con el valor intrínseco y supremo que tiene cada ser humano, independientemente de su situación económica, social y cultural, así como de sus creencias o formas de pensar. El ser humano posee dignidad por sí mismo, nadie se lo da, lo tiene desde el mismo instante de su concepción, nadie se lo puede quitar bajo ningún pretexto.
-Si papá, pero sigo sin tener claro qué es eso de la dignidad, me lanzó mi hija con esa luminosidad que le hace ser encantadora.
Ha sido una ráfaga de luz, un estallido emocional, el que me ha hecho pensar de repente en la importancia de los cuentos para explicar conceptos más o menos complejos. Me he acordado de mi padre y de una historia que le oí contar una noche de navidad y que define muy bien esto de lo que dialogábamos durante la cena.
“Vivía en un país muy lejano un hombre llamado Nasrudín, hombre a quien toda la comunidad apreciaba por su honradez y su generosidad. Llegó a oídos del rey la virtud de nuestro protagonista y éste decidió invitarle a comer en el castillo. Nasrudin se vistió como todos los días y se dirigió hacia la fortaleza a cumplir con la invitación. Durante el trayecto sus vecinos le preguntaban: ¿dónde vas tan alegre, Nasrudín? Estoy invitado a comer con el rey- exclamaba Nasrudín con una sencillez y sinceridad abrumadora. Llegó a la puerta y dos centinelas que acompañaban al monarca le preguntaron: -¿dónde vas? Nasrudín les explicó que había sido invitado a comer por el rey. Los guardianes miraron al rey y riéndose le impidieron entrar, haciéndole burla y ridiculizándole por su aspecto tan humilde, -el rey no invita a pordioseros- le gritaron. El monarca ni siquiera se molestó en preguntar su nombre. Nasrudín abandonó el lugar sintiéndose despreciado e indignado.
El rey, ante la ausencia de Nasrudín, volvió a enviar a un mensajero para hacerle de nuevo una invitación para comer en palacio. Esta vez Nasrudín se vistió con su mejor traje y sus mejores zapatos. Había que prevenir, no fuera a pasar lo de la otra vez,-se dijo. Cuando llegó a la puerta se sentía la misma persona que la primera vez. Los guardianes, al ver tan apuesto súbdito, le permitieron entrar. Esta vez no le hicieron preguntas. Nasrudín se quedó prendado al ver la mesa, comida exquisita, bandejas de oro… Fue invitado a sentarse al lado del monarca, con todos los honores. Al servirle los suculentos ágapes y la bebida, Nasrudín, empezó a derramar la comida por todo su traje, embadurnándose bien de arriba abajo, a continuación se quitó sus zapatos y les llenó del vino que le habían servido en su copa. El rey estupefacto se dirigió a Nasrudín y le pronunció:- ¿pero te has vuelto loco?, ¿se puede saber qué es lo que haces? Fue entonces cuando Nasrudín exclamó:- no es a mí a quien habéis convidado, sino a mi apariencia, por eso doy de comer y de beber a quien invitasteis, mi traje y mis zapatos. El rey quedó atónito y Nasrudín se levantó y salió del palacio.”
Después de oír la historia, Pilar ha expresado que a Nasrudín no se le había tratado con justicia, y que lo que el monarca cometió fue un atropello contra su dignidad ya que nuestro protagonista era el mismo independientemente de la forma en la que vistiera. - ¡Ahora tengo claro qué es eso de la dignidad!
He vuelto a pensar en la navidad, en mi padre y en mi niñez, en aquel cuento que leía una y mil veces. He vuelto a sentir el calor, ese calor fuerte que nos hace recuperar la esperanza en la esencia humana. Me he distraído por un momento mirando por la ventana, pensando que lo importante en la vida no entiende de ropajes, apariencias, ni de precios sino de entendimiento humano. Por cierto, ¡está nevando! Nieve blanca y silenciosa que empieza a cubrir mi ciudad…
¡Feliz año nuevo a todos los lectores!
Publicado por Ramiro Curieses en el periódico CARRIÓN
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